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26 de enero de 2014

Domingo 26 de Enero de 2.014

Evangelio:

San Mateo 5, 12-23

Suplica el demonio

Mar 5:12  le suplicaban aquéllos diciendo: Envíanos a los puercos para que entremos en ellos.
Mar 5:13  Y se lo permitió, y los espíritus impuros salieron y entraron en los puercos, y la piara, en número de dos mil, se precipitó por un acantilado en el mar, y en él se ahogaron.
Mar 5:14  Los porqueros huyeron y difundieron la noticia por la ciudad y por los campos; y vinieron a ver lo que había sucedido.»
Mar 5:15  Llegándose a Jesús, contemplaban al endemoniado sentado, vestido y en su sano juicio, el que había tenido toda una legión, y temieron.
Mar 5:16  Los testigos les referían el suceso del endemoniado y de los puercos.
Mar 5:17  Pusiéronse a rogarle que se alejase de sus términos;»
Mar 5:18  Subiendo El en la barca, el endemoniado le suplicaba que le permitiese acompañarle.
Mar 5:19  Mas no se lo permitió, antes le dijo: Vete a tu casa y a los tuyos y cuéntales cuanto el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti.
Mar 5:20  Y él se fue y comenzó a predicar en la Decápolis cuanto le había hecho Jesús, y todos se maravillaban.
Mar 5:21  Habiendo Jesús ganado en la barca la otra ribera, se reunió una gran muchedumbre. Él estaba junto al mar.
Mar 5:22  Llegó uno de los jefes de la sinagoga llamado Jairo, que, viéndole, se arrojó a sus pies
Mar 5:23  Y le rogaba diciendo: Mi hijita está muriéndose; ven e impónle las manos para que sane y viva.»

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Suplica el demonio

¿Puede un Ángel de la guarda poseer a una persona?… ¡Vaya pregunta!, pues me la hicieron, sí señor, me la hizo una persona que tiene claro que los demonios, son igual a los ángeles, que son ángeles, pero que en vez de buenos son malos, repito, SON MALOS, muy, muy malos; no malos a ratos, como las personas, sino MALOS TODO EL TIEMPO.

¿Son los animales de la misma dignidad que las personas?; no. Dios sacó los demonios de un endemoniado, y salieron de él, de la persona endemoniada, y fueron a los puercos, porque los animales no tienen la misma esencia que las personas, los animales no son personas, aunque hay quien prefiere un animal de compañía a una persona. Hay que dejar claro esto, porque hay que cuidar de la naturaleza y de los animales y servir a las personas. Una cosa es cuidar y la otra es servir. Las personas tenemos que servirnos unos a otros y todos tenemos que cuidar de la naturaleza y los animales. Eso que quede claro; ante una persona o un puerco, Dios saca los demonios de la persona y permite que vayan a los puercos; ¡es palabra de Dios!

Claro que los animales no hablan y, por no hablar, no dañan como dañan las personas en su manera de hablar, pero no tienen igual esencia las personas que los animales, y Dios ama a todos, pero dejó que los demonios fueran a los puercos; ¿es que Dios prefiere hacer caso a las peticiones de los demonios, a la vida de los puercos? Muertos los puercos, los demonios no viven en sus cuerpos, en los cuerpos de los puercos. Dios quiere la vida del hombre, y saca del endemoniado a los demonios, y deja que vayan a los puercos, y vemos qué hacen los demonios en los puercos, los hacen tirarse por el acantilado y morir los puercos, pero el hombre vive. Dios prefiere la libertad del endemoniado que estaba dominado por los demonios, esos que dentro de los puercos los llevan a tirarse por el acantilado y morir. Dios no quiere que los demonios perturben a los hombres, quiere Dios que el hombre viva, viva libre, sin hacer maldades. En cambio los demonios, son ellos, los que hacen que los puercos se tiren por el precipicio; Dios sólo permite que entren los demonios en los puercos, y luego, ellos, los demonios, dentro de los puercos, son los que hacen que los puercos se precipiten por el precipicio y se maten. Dios no quiere que los puercos mueran, pero demuestra esta historia, qué ocurre con una persona poseída, que no se domina a sí misma, que hace cosas que el demonio le hace hacer, y esas cosas siempre son malas; el demonio no hace jamás el bien, ¡jamás!; no existe la magia blanca, todo es mal, cuando se quita la libertad de las personas. Repito, todo es mal, cuando por la fuerza, o por la astucia, o por la magia, se quita la libertad de los demás. Hay que dejar que la gente haga el bien porque quiera hacerlo, sólo así recibirá el premio de la vida eterna en el Cielo. Hay que educar a los hijos a que les agrade ser buenos, por la maravillosa alegría interior que da hacer el bien. Dios debe reinar en tu conciencia.

P. Jesús

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