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26 de abril de 2016

Martes 26 de Abril de 2.016

Evangelio:

San Mateo 5, 13-16

Misión de los discípulos en la tierra

Mat 5:13 Dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra; pero, si la sal se desazona, ¿con qué se salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres.
Mat 5:14 Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad asentada sobre un monte.
Mat 5:15 Ni se enciende una lámpara y se la pone bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a cuantos hay en la casa.
Mat 5:16 Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Misión de los discípulos en la tierra

Dijo Jesús: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué se salará? No vale más que para tirarla fuera y que la pisotee la gente”.

¡Ay!, de esos malos sacerdotes, que hacen maldades y se esconden, haciéndose pasar por buenos. Hay que denunciar al Obispo toda irregularidad en los sacerdotes. Tienes que saber de tu fe y del Magisterio de la Iglesia, porque Dios avisó de esa sal que se volvió sosa.

Ayudemos a los sacerdotes buenos, a los santos, denunciando al obispo lo que no hacen bien los malos sacerdotes, que hay. Todos lo sabemos ya.

El Papa, Luz del mundo, no se oculta. Él da la cara, y con él, todos los que le somos fieles. Demos un paso al frente y, con la frente en alto, digamos claro que no todos los sacerdotes son malos, sí que hay de malos; si entre los doce apóstoles, sólo quedaron once de buenos, pues, imagínate, multiplica y no te escandalices de nada. Si Judas engañó al mismo Jesús, muchos pueden y engañan al Papa. Es cuestión de matemáticas. Pero si Judas, al final, delató su maldad, deben delatarse también a los malos sacerdotes; ¡que den la cara y se marchen de la Iglesia del Papa, la única Iglesia Santa!, porque su fundador, Dios, es Santo; y todos, incluso el Papa, siguen a Cristo, y a quien se debe imitar es a Cristo, sólo a Él. De eso va la historia del hombre, de ver quien imita mejor a Dios, a Jesús de Nazaret.

P. Jesús

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