Miércoles 25 de Febrero de 2.015
Evangelio:
San Lucas 11, 29-32 Haz penitencia Luk 11:29 Creciendo la muchedumbre alrededor de Jesús, comenzó a decir: «Esta generación es una generación mala; pide una señal, y no le será dada otra señal que la de Jonas.» Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Haz penitencia Nos recuerda Jesús, Dios, en este Evangelio de hoy, que los ninivitas hicieron penitencia por la predicación de Jonás. Jesús, Dios, sigue predicando, y siempre leerás su predicación cuando leas los Evangelios. Por la predicación del mismo Dios, Jesús, ¿haces penitencia? El mal que hiciste, que has hecho, tiene que ser confesado por ti ante un sacerdote católico, y debes cumplir la penitencia que te imponga el sacerdote antes de darte la absolución de tus pecados, confesados con arrepentimiento. Nadie es santo en este mundo, por eso todos pecan en este mundo, menos Jesús, Dios, y la Virgen María, que por Gracia especial de Dios Uno y Trino, la preservó del pecado original y la llenó de Gracia para poder dar vida humana a Dios divino; y Jesús, que es Dios, es hombre y Dios. Dios quería que su creación no se perdiese, que estas almas hechas a su imagen y semejanza, no se perdieran para siempre, y vino a recuperarlas junto con el cuerpo, que será glorioso al despertar del tiempo eterno, cuando Jesús haya vuelto en cuerpo y alma al mundo, desde el Cielo, y separe a los buenos de los malos… Terrible juicio será. Los buenos a un lado de Jesús y los malos al otro lado de Jesús, y Jesús, siempre en medio, ayudando a buenos y a malos, mientras viven y hay vida para pasar del bando de los malos al de los buenos, por cumplir con la alianza que Dios hizo a su Pueblo, la del cumplimiento fiel de los diez mandamientos. Se es bueno, se es del bando de los buenos, cuando se cumplen todos y cada uno de los diez mandamientos. Dice el Catecismo de la Iglesia Católica: Jesús, Dios, cumplió. Tú no has cumplido, porque no eres santo, pero debes querer cumplir, esforzarte en cumplir, desear cumplir con la alianza entre Dios y tú, que escribió Dios en las Tablas que entregó a Moisés, y en ellas estaban escritos los diez mandamientos de su Ley. La Ley de Dios ¡es la Ley!, y si no cumples con la Ley, ¿crees que podrás vivir en su Reino de los Cielos? ¿Puede un transgresor de la ley civil, vivir en la sociedad; no va a la cárcel?; hay quienes aún teniendo sentencia de ir a la cárcel, alguien paga su fianza y puede ser libre, lo dejan libre. Jesús, pagó tu fianza, todos tus pecados te pueden ser perdonados, te son perdonados, si vas a confesarlos a un sacerdote de la Iglesia Católica, con dolor y arrepentimiento y deseos de no VOLVER A PECAR; y entonces, el sacerdote te escucha, te da su caridad y te pone la penitencia, que suele ser alguna oración, y luego te da la absolución de tus pecados, por el PODER que Dios mismo, Jesús, entregó a Pedro, el primer Papa, y que se transfiere este poder a cada Papa que eligen los Cardenales, que siempre tienen la ayuda de Dios Espíritu Santo, por su cargo, por tener que decidir el Papa que regirá al Pueblo de Dios y lo llevará por caminos de SANTIDAD. La santidad está en manos de la Iglesia, porque la Iglesia tiene los sacramentos, ¡a Dios mismo, Jesús, vivo!, que por la palabra y los gestos, va al que libremente se acerca a recibir de su Iglesia los sacramentos, que santifican por la voluntad individual que cada persona tiene; y esta voluntad individual que el alma de la persona grita siempre para darla a conocer, es la que hace feliz o infeliz al hombre, por querer o no querer la salvación, que se salva el que tiene fe en Jesús, Dios, y lo busca y lo halla en los sacramentos. Mañana hablaré de los sacramentos. Ven a leerme, amigo. ¡Oh, cuánto te quiero, hermano-a mío-a! P. Jesús © copyright |