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25 de diciembre de 2020

Viernes 25 de Diciembre de 2.020

Tiempo de Navidad/1º -Solemnidad de la Natividad del Señor

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Juan 1, 1-5.9-14

Y el Verbo era Dios

1Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios.

2Él estaba al principio en Dios.

3Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin Él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho.

4En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

5La luz luce en las tinieblas, pero las tinieblas no la acogieron.

9(El Verbo) Era la luz verdadera que, viniendo a este mundo ilumina a todo hombre.

10Estaba en el mundo y por Él fue hecho el mundo, pero el mundo no le conoció.

11Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron.

12Mas a cuantos le recibieron dioles poder de venir a ser hijos de Dios, a aquellos que creen en su nombre;

13que no de la sangre, ni de la voluntad carnal, ni de la voluntad de varón, sino de Dios son nacidos.

14Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Y el Verbo era Dios

¡Ven, ven, ven! Ha nacido en Belén el Rey de Cielos y Tierra, el Mesías esperado está puesto en un pesebre entre una mula y un buey, mientras su Madre descansa y San José le canta una nana al Niño Dios, que quiso nacer pobre y con amor, el amor de dos esposos, el casto San José, y la Virgen María, que dijo “sí” un día, a la voluntad sagrada de Dios Padre, que quiso salvar al hombre de todos sus fracasos, porque el pecado es un fracaso de la persona, porque pecar es fracasar, ya que en el pecado esta el mal, lo malo, la maldad; el maligno es el dirigente de los pecadores que no se arrepienten, que además presumen de sus pecados y, sintiéndose libres, sin serlo, viven encadenados al diablo, que pervierte sus conciencias, mientras el Niño Dios reposa en el pesebre, para que tú, viéndolo un bebé, te acerques a Él y no temas que te amoneste; sólo hace falta que lo beses, y aunque sea en los pies, vas a recibir de Él, de Jesús, del Emmanuel, la fe que, por herencia, te dará a conocer que Dios mismo es el Verbo que esperabas, nacer, y que en el día de hoy, un 25 de diciembre, cuando se conmemora su nacimiento, Él, Dios, quiere tu arrepentimiento y que empieces de nuevo a hacer tu historia más hermosa, ¡y lo será!, si después de comulgar le entregas una rosa a la bendita esposa de Dios Espíritu Santo, que cubrió con su sombra, y en su seno se engendró el Fruto del Amor de criatura, María, a Creador, Dios.

Pido al Cielo, que en este día de hoy, el pan no falte en tu mesa, y el de la Eucaristía, lo recibas este día. Pido por la salud de cuerpo, mente y espiritualidad, las tengas bien presentes y disfrutes de ellas para el bien de la humanidad, para el bien de tu familia, que en este día, esté reunida en el hogar y tengáis paz y armonía para poder celebrar la venida del Mesías.

Hijo, hija, te deseo con todo mi amor, que hoy recibas de Dios el Amor con que te ama. Y que abras las ventanas de tus ojos para que veas lo bueno que tienes y el bien que te da al haberte dado la fe, la esperanza y la caridad. ¡Úsalas este día y toda tu vida! Porque, ya verás, te contaré,… tantas cosas para el bien de tu fe. Cosas maravillosas y que te animarán a ser una persona dichosa, recordando que fue en Belén donde nació el Rey del Sumo Bien.

¡Feliz Navidad!

Os quiero cada día más. Al final no sé lo que va a ser de mi corazón, con tanto amor con que os amo a todos. ¡Oh Dios!

P. Jesús

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