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24 de julio de 2016

Domingo 24 de Julio de 2.016

Evangelio:

San Lucas 11, 1-13

¡Oremos, hermanos, amigos!

Luk 11:1 Acaeció que, hallándose Jesús orando en cierto lugar, así que acabó, le dijo uno de los discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñaba a sus discípulos».
Luk 11:2 Él les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino;
Luk 11:3 danos cada día el pan cotidiano;
Luk 11:4 perdónanos nuestras deudas, porque también nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en tentación».
Luk 11:5 Y les dijo: «Si alguno de vosotros tuviere un amigo y viene a él a medianoche y le dijera: “Amigo, préstame tres panes,
Luk 11:6 pues un amigo mío ha llegado de viaje y no tengo qué darle”.
Luk 11:7 Y él, respondiendo de dentro, le dijese: “No me molestes, pues la puerta está ya cerrada, y mis niños están ya conmigo en la cama, no puedo levantarme para dártelos”.
Luk 11:8 Yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Luk 11:9 Os digo, pues: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá;
Luk 11:10 porque quien pide recibe, y quien busca halla, y al que llama se le abre.
Luk 11:11 ¿Qué padre entre vosotros, si el hijo le pide un pan, le dará una piedra? ¿O, si le pide un pez, le dará, en vez del pez, una serpiente?
Luk 11:12 ¿O, si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Luk 11:13 Si vosotros, pues, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

¡Oremos, hermanos, amigos!

El Padre nos escucha y atiende nuestra oración; y si oramos juntos, allí donde hay dos o más, Dios Espíritu Santo derramará con más abundancia su piedad, porque uno a otro se consolarán. El consuelo es cosa de Dios y de las almas de Dios, ¡tú!

Consuela al hermano, ayuda al que se siente vencido, y apoya con tu oración a todos, a los buenos y a los malos, porque ¿quién no necesita de oración?…

Que nadie sufra por la necesidad de que alguien ore por él al Padre, porque es de caridad, orar.

P. Jesús

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