Saltar al contenido

24 de enero de 2014

Viernes 24 de Enero de 2.014

Evangelio:

San Marcos 3, 13-19

Pedro recibió el poder de expulsar demonios

Mar 3:13  Subió a un monte, y, llamando a los que quiso, vinieron a Él,
Mar 3:14  y designó a doce para que le acompañaran y para enviarlos a predicar,
Mar 3:15  con poder de expulsar los demonios.
Mar 3:16  Designó, pues, a los doce: a Simón, a quien puso por nombre Pedro;»
Mar 3:17  a Santiago el de Zebedeo y a Juan, hermano de Santiago, a quienes dio el nombre de Boanerges, esto es, “hijos del trueno”;»
Mar 3:18  a Andrés y Felipe, y Bartolomé y Mateo, a Tomás y Santiago el de Alfeo, a Tadeo y Simón el Cananeo,
Mar 3:19  y a Judas Iscariote, el que le entregó.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Pedro recibió el poder de expulsar demonios

El título lo dice, y es sacado del evangelio de hoy. Sí, Dios dio poder a los doce de expulsar demonios, y San Pedro tenía este poder, y quiero que recordemos que aun teniendo este poder, que lo tenía, él, San Pedro, negó a Dios, a Jesús, y por tres veces, la misma noche. Y además, ahora te digo además, que Judas Iscariote tenía también este poder de expulsar demonios, y acordémonos que en la última cena, junto con el bocado de pan entró el demonio en él, en Judas. Y, ¿cómo es posible que él, Judas, que tenía el poder de quitar demonios, poder recibido de Dios, Jesús, va y él mismo es poseído? … Ya veo a muchos de los teólogos buscando en sus archivos…

Dios vive el presente. Digo que Dios, aún sabiéndolo todo, en el presente obra según la verdad, y hubo un día, que era el presente, por ser ese día en que Jesús, Dios, dio el poder a sus doce apóstoles de expulsar demonios. Y hubo, después otro día en que Judas deseó poseer treinta monedas de plata, a costa de lo que fuera, incluso de traicionar y entregar a Jesús, Dios, a sus enemigos, porque él quería esas treinta monedas. ¿Y tú, quieres algo más que a Dios? Los dones que Dios da, están al servicio de Dios mismo, porque todo lo creado por Dios es para su bien, para Él, para Dios. Tú eres para Dios, y eres su amado y te quiere, quiere que al final de tu vida vayas al Cielo, con Él, viviendo las delicias sin fin de los que se aman y viven el Amor. Pero si prefieres treinta monedas de plata, antes que una ETERNIDAD en el Cielo, ¡que es real!, entonces, ¡”bye” tus dones!, ¡adiós a tus dones!, porque Dios da a los que le son fieles; es como el matrimonio canónico, que uno se casa por hacer las cosas bien, pero pasa el tiempo y uno de los dos, o los dos, empiezan a hacerlas mal; ¿sigue el sacramento?; posiblemente se vive en sacrilegio, y entonces no están al servicio del matrimonio los dones que Dios da al sacramento matrimonial; pero si reacciona el matrimonio y vuelven a tener una conducta como Dios manda, después de confesar, los dones vuelven a asistir al matrimonio, por vivir en estado de Gracia, en la plenitud de una vida cristiana. Judas traicionó a Jesús, y luego se mató; ¡desgracia sobre desgracia!, podía pedir perdón, pero aun conociendo a Dios, se mató. Dios está en la vida, Dios perdona siempre, pero ¡fuera este orgullo tuyo, y ve a pedir perdón!; no te alejes de la Iglesia, entra en Misa, ve al confesonario y desahógate, y deja que Dios Espíritu Santo te consuele, y ve a comulgar, ¡únete a Jesús, a Dos!, ¡que sí!, que Dios te Ama a ti; ¿cuántas veces tendré que decírtelo?; ¡te lo diré siempre!, siempre escucharás de mí esta verdad tuya: ¡Dios te Ama a ti!, sí, ¡sí!

Sobre San Pedro, hablaré mañana… Vaya cómo pasa el tiempo, ¿ves?…

P. Jesús

© copyright