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23 de octubre de 2022

Domingo 23 de Octubre de 2.022

Tiempo ordinario/30º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 18, 9-14

Creerse mejor que otros

9Dijo (Jesús) también esta parábola a algunos que confiaban mucho en sí mismos, teniéndose por justos, y despreciaban a los demás. 10Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo, el otro publicano. 11El fariseo, en pie, oraba para sí de esta manera: ¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni como este publicano. 12Ayuno dos veces en la semana, pago el diezmo de todo cuanto poseo. 13El publicano se quedó allá lejos, y ni se atrevía a levantar los ojos al cielo, y hería su pecho diciendo: ¡Oh Dios!, sé propicio a mí, pecador. 14Os digo que bajó éste justificado a su casa, y no aquél. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Creerse mejor que otros

Es un engaño total el creerse mejor que otros, porque tú haces unas cosas bien, y otros hacen otras también. La unidad es el deseo de Dios, por eso nadie es perfecto, y necesitáis unos de otros, como el médico que necesita del enfermo. Así que, a esos que ves peores que tú, son tus enfermos, para ser tú su médico, que los atiende y los sirve y los cura de su mal. ¡Tú has venido a servir como el que más!

Muchos necesitan de ti, y tú necesitas de muchos también, porque es el intercambio de debilidades e ingenios, lo que os une. Y un médico es débil delante de la ley y necesita de un abogado, y entonces ese médico que veía débil al enfermo, es como el enfermo y necesitado para el abogado, para que el abogado pueda ejercer su oficio y ayudar al médico que tiene pleitos. Y el abogado necesita del pan nuestro de cada día, y necesita del panadero, que lo alimenta con su pan tierno, y le ayuda a la salud, para que no caiga enfermo y no necesite del médico.

Todos sois necesarios, como el pobre es necesario para el rico, para que el rico le dé trabajo, y trabajando el pobre para el rico, el rico tenga más dinero para dar más empleo, y el pobre deje de ser pobre por el rico.

Si entendiérais bien esto, todos veríais a todos como necesarios en su vida.

Hay quien, siendo rico, desprecia al pobre, y lo necesita para que, dándole trabajo, él sea más rico.

Y hay pobres que desprecian a los ricos, que son los que pueden darles y les dan trabajo, y así dejan de ser pobres y pueden hacerse ricos.

Todos os sois necesarios, todos formáis parte del plan de vida social y espiritual.

Hay pobres que son más pobres si no tienen fe, porque la fe da bendiciones de Dios, y sabemos todos que la fe puede mover montañas; pues, ¿por qué no creer y rezar y pedir con fe al Dios que todo lo ve, y que es misericordioso y todopoderoso?

Y hay ricos que son muy pobres sin fe, porque en momentos de tribulación, que a todos tocan, no tienen a Dios, y están necesitados de esa fe, que los cubriría de paz y resignación cristiana.

¡Amigos!, uníos en la fe. Amén.

P. Jesús

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