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23 de julio de 2016

Sábado 23 de Julio de 2.016

Evangelio:

San Juan 15, 1-8

La alegoría de la vid

Joh 15:1 Dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador.
Joh 15:2 Todo sarmiento que en mí no lleve fruto, lo cortará; y todo el que dé fruto, lo podará, para que dé más fruto.
Joh 15:3 Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he hablado;
Joh 15:4 permaneced en mí y Yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto de sí mismo si no permaneciese en la vid, tampoco vosotros si no permaneciereis en mí.
Joh 15:5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y Yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada.
Joh 15:6 El que no permanece en mí, es echado fuera, como el sarmiento, y se seca, y los amontonan y los arrojan al fuego para que ardan.
Joh 15:7 Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que quisiereis, y se os dará.
Joh 15:8 En esto será glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así seréis discípulos míos».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

La alegoría de la vid

Si te sientes sucio, es por ignorancia, porque aún no te has limpiado por la palabra del Señor, del Mesías, el Salvador, de Dios, de Jesús de Nazaret.

¿Qué tiene esta palabra que limpie tanto?

¡Ay hijo, ay hija!, te cuento. Antes, lo sabían muchos, la gente que hace años vivía en este mundo nuestro, y no sabían ni leer ni escribir, ni sumar ni restar, ¡que era así la cosa!, y no había entonces calculadoras ni correctores gramaticales, como hay hoy, ya que la ignorancia no estaba sólo en la industria, sino también en no saber leer, escribir, contar; por eso, siendo realistas, decían ellos que no sabían nada, y escuchaban a los que tenían estudios, a los que sabían. Eso decían. Ahora, en cambio, sabiendo tanto todos, pocos han dejado la ignorancia, muchos siguen la moda, lo que la televisión impone, por los artículos que promociona y que le pagan, lo que muchos reciben gratis y en su casa, en bandeja de plata: mala información, deformación y esclavitud.

Dios, con su Santa Palabra, limpia el corazón del que la oye, porque no habla de dinero, todo lo da gratis, todo lo hace fácil, y además, por la oración, nos ayuda a la vocación, que no es seguir la moda, sino hacer la moda, lo que siempre es actual, que es la santidad incondicional, a cada persona que quiera, que lo desee. No hace falta que se haga de un club y pague una cuota, si no puede, sino que sólo tiene que recibir los sacramentos, y estos son gratis, y son más valiosos que el jugador de fútbol más importante del mundo. Que no está mal el deporte, como no está mal la cultura general, pero hay que aprender lo que te hace feliz de verdad, que es la palabra de Dios, esa que pronunció Jesús, que nos lava del pecado cometido, de la soledad perpetua, y nos entrega la Vida Eterna.

Deja la ignorancia, y aprende lo que te es de utilidad; y salvarte, lo es.

P. Jesús

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