Jueves 21 de Julio de 2.016
Evangelio:
San Mateo 13, 10-17 Duro de corazón Mat 13:10 Acercándose los discípulos, dijeron a Jesús: «¿Por qué les hablas en parábolas?». Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Duro de corazón Aquel que no quiere saber nada de la Madre de Dios, ése aún vive de las parábolas, aún no ha aceptado la fe de la realidad de un Dios que Ama y, que por Amor, entregó a su Madre bendita, como madre suya y tuya, a San Juan, el apóstol fiel. ¿Y tú, que tienes de fiel? Mucho bla, bla, bla, pero, a la Madre de Dios y Madre tuya, ni la quieres mencionar. ¡Qué duro es tu corazón! Frío como una piedra, ésta es tu fe. Si no te importa la Madre de Dios y Madre tuya, porque te importa el pastor que te habla de fe y te cobra el diezmo por apartarte de María: Pierdes a tu Madre y pierdes dinero. Eres un perdedor, sin tener contigo, en tu corazón, a la Madre de Dios. Y me da igual que te enfades conmigo hoy, al leer las verdades que tantos católicos callan, por caer bien a sus hermanos cristianos. ¡Ya basta de sucedáneos! El amor es amor total, Amor del Hijo de Dios, Jesucristo, que salvó y salva al mundo, y que vino al mundo por el sí de la esclava de Dios, de la Virgen María. Y, ¡qué pedante necedad es la de los que creen que sí, que María, la virgen y joven judía, fue madre de Dios, pero que lo único importante es Jesús, el profeta Dios! Os exhorto a que todos los cristianos conozcan, valoren, amen y veneren a María, la Madre de Dios. Quien a Ella ignore y maltrate su Nombre, Santo Nombre, el de la Santísima Virgen María, recibirá de mí, más oración, y mayor será mi amor por Ella, para suplir la falta del vuestro. Hijos, no me hagáis sufrir, porque no amando a la Madre de Dios y nuestra, ¡me hacéis sufrir tanto! (lloro). ¡Bendita sea por siempre María! P. Jesús © copyright |