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21 de enero de 2019

Lunes 21 de Enero de 2.019

Tiempo Ordinario /2º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Marcos 2, 18-22

Ayuno

18Los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban. Vienen, pues, y le dicen (a Jesús): ¿Por qué, ayunando los discípulos de Juan y los fariseos, tus discípulos no ayunan?

19Y Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los compañeros del esposo ayunar mientras está con ellos el esposo? Mientras tienen con ellos al esposo, no pueden ayunar. 20Pero días vendrán en que les arrebatarán al esposo; entonces ayunarán. 21Nadie cose un pedazo de paño sin tundir en un vestido viejo; pues el remiendo nuevo se llevaría lo viejo, y la rotura sería mayor. 22Ni echa nadie vino nuevo en cueros viejos, pues el vino rompería los cueros y se perderían vinos y cueros; el vino nuevo se echa en cueros nuevos.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Ayuno

¿Tienes problemas?, ayuna.

¿Tienes algo importante que decidir?, ayuna.

El ayuno aligera el protagonismo del cuerpo, que pide, quiere, exige. Y cuando uno no come tanto como quiere, sino que incluso deja de comer, es como aquel, que le canta las cuarenta al cuerpo y lo pone a raya, y se adentra en su alma inmortal para decidir lo mejor para ella, esta alma que vive encadenada al cuerpo, a compartir con el cuerpo las decisiones de lo que es lo mejor para él mismo.

Si tienes salud, ayuna.

Si necesitas ayuda de Dios, ayuna. Porque Dios es Alma pura, y de Ella saliste, porque todo salió de las manos de Dios, y entonces, para captar mejor el mensaje de Dios, si tienes salud para resistir sin comer nada, ayuna y ora, porque el ayuno sin oración, eso lo practican los amantes de la perfección humana, de la belleza del cuerpo, y es algo distinto lo que yo te digo, yo te hablo de la belleza total, la del cuerpo y el alma, porque cuando se ayuna, claro que se adelgaza, eso también es cierto, y al aligerarse de peso, la vida descansa, si hay un exceso de peso; si uno está muy delgado, mejor comer y rezar en paz, porque si el cuerpo grita demasiado, entonces, no se puede escuchar al alma. Para escuchar al alma practicando el ayuno, uno tiene que tener el cuerpo sano, con salud. Y siendo así, al que ayuna y ora, le es más fácil reconocer lo que Dios quiere de él, porque el cuerpo no interfiere; y por la voluntad en el amor, el corazón se llena de Dios, porque uno se sacrifica, ayuna, para sintonizar con Dios, para hacer penitencia, para ofrecerle a Dios el sacrificio de su paciencia, escuchando los gritos del hambre que quiere comer, y resistiendo a esta voz que viene prescrita con la vida; domina uno la ira, y una vez dominado lo que es necesario para el cuerpo, entra en él, en la persona que practica el ayuno y la oración, digo, que entra en su conciencia la virtud de saber, de comprender que, sin necesidades humanas, lo necesario es… y halla la solución que ha pedido en oración. Dios concede tantos milagros por el ayuno; ya ayunar es un milagro, porque cuesta mucho amar más a Dios que a uno mismo.

Sé muchas cosas maravillosas que no sabéis, y os las iré contando. Ya veréis, digo, ya lo leeréis.

Hoy es lunes, y hay que trabajar, o salir a buscar trabajo. ¿Ya has rezado?

P. Jesús

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