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20 de febrero de 2015

Viernes 20 de Febrero de 2.015

Evangelio:

San Mateo 9, 14-15

Ayunar

Mat 9:14 Entonces le llegaron a Jesús los discípulos de Juan, diciendo: ¿Cómo es que, ayunando nosotros y los discípulos de los fariseos, tus discípulos no ayunan?
Mat 9:15 Y Jesús les contestó: ¿Por ventura pueden los compañeros del esposo llorar mientras está el esposo con ellos? Pero vendrán días en que les será arrebatado el esposo, y entonces ayunarán.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Ayunar

Dios, Jesús, ayunó antes de ponerse en oración. ¿Por qué el ayuno conecta mejor al hombre con Dios?

Cuando el alma necesita más unión con Dios, es preciso que el cuerpo respete la primordial necesidad del alma, por esto es necesario el ayuno, para que las funciones corporales no perjudiquen el dialogo del alma con el Alma Divina, de donde salen todas las almas creadas por Dios, ¡el Alma!

Cuando uno se encuentra muy dolido, ni quiere hablar, ni tiene voz ni la utiliza, calla y se encierra en sí mismo; le ocurre algo parecido al alma que necesita de alimento espiritual, de diálogo con Dios Uno y Trino, que necesita que el cuerpo calle, que esté en reposo de sus funciones digestivas, para que el silencio de la naturaleza no entorpezca la relación amorosa entre Dios y tú.

El ayuno tiene que ir acompañado de la oración y de no tener actividad de trabajo, sino de estar en retiro; puedes hacerlo en tu casa, y si tienes jardín, sal y pasea, o ve de mañana a la naturaleza y camina; y mientras caminas, ora, conecta con Dios y deja que tu alma llore y se limpie con tu arrepentimiento y se goce en tus buenas intenciones. Todo ayuno que quieras aprovechar, tiene que empezarse con una confesión y terminar con otra confesión y la unión verdadera con Dios, Jesús, en la Comunión. ¡Qué alegría te espera!

P. Jesús

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