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20 de abril de 2020

Lunes 20 de Abril de 2.020

Tiempo Pascual/2º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Juan 3, 1-8

Nacer de agua y de Espíritu

1Había un fariseo de nombre Nicodemo, principal entre los judíos, 2que vino de noche a Jesús y le dijo: Rabí, sabemos que has venido como maestro de parte de Dios, pues nadie puede hacer esos milagros que tú haces si Dios no está con él. 3Respondió Jesús y le dijo: En verdad te digo que quien no naciere de arriba no podrá entrar en el reino de Dios. 4Díjole Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿Acaso puede entrar de nuevo en el seno de su madre y volver a nacer? 5Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de los cielos. 6Lo que nace de la carne, carne es, pero lo que nace del Espíritu, es espíritu. 7No te maravilles de que te he dicho: Es preciso nacer de arriba. 8El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo nacido del Espíritu.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Nacer de agua y de Espíritu

-En verdad, en verdad te digo, que si uno no nace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios.

-En verdad, en verdad, te digo que si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.

Palabra de Dios…

Nacer de lo alto… si uno no nace del agua y del Espíritu…

Hay que tener misericordia de los que aún no han nacido del agua y del Espíritu, venido de lo alto, de Dios Espíritu Santo; esos, no saben nada del Amor de los amores; esos no viven, tienen que nacer de nuevo y, para nacer, hay que ser engendrados, hay que pedirle a Dios Espíritu Santo, que los ame a pesar de no ser por ellos conocido. El desconocido tiene que hacerse conocido e infundirles el alimento materno del Amor, el alimento que las madres dan en los cuerpos de sus hijos, para formarse sus huesos, su carne, su inteligencia misma; ¡qué maravilloso es ser madre! ¡Qué maravilloso es contener en si misma, el nuevo cuerpo humano que, como esperma, se depositó en ella y, fundiéndose en ella, en su óvulo, se hizo tú! Tú naciste de hombre y mujer. Sí, aunque seas homosexual, que sepas que, si no hubiera sido por un hombre y una mujer, en unión física, no hubieras nacido, no estarías vivo. Vives por causa de un hombre y una mujer, tus padres.

Y todos tenemos vida espiritual, por un Hombre que es Dios, y por una Mujer, María, su Madre, la Madre de Dios; nuestra Madre, que nos engendra en su fe de su aceptación del amor de Dios en toda su potencia en Ella. La potencia de Dios sólo podía darse a una persona sin mancha, a una persona sin pecado y, por eso, por nosotros, para que nosotros pudiéramos ser engendrados en Espíritu, María tuvo que ser preservada del Pecado original y, libremente, hacerse esclava de Dios y sirviente del mundo entero.

No tengas celos de María. No pienses que las ventajas que Ella tuvo, de tenerlas tú, serías distinta. Mira a Eva, también las tenía, y pecó; tú hubieras pecado como Eva, por eso no pudiste ser María, porque María sólo hay una en toda generación humana. Créetelo y valóralo. Sólo María podía ser la Madre de la nueva generación que nos hermana a todos, a todos en la misma condición de la libertad que nos hace, si queremos, hijos de Dios. Acéptalo, y Dios Espíritu Santo dejará de ser un desconocido, y será tu guía espiritual.

Deja que sea el Espíritu quien te guíe realmente; deja que sea Dios Espíritu Santo quien te alimente el alma, el corazón, y nutra tu conciencia en la bondad del amor.

Hablaré mucho de la libertad de la bondad del amor, porque es todo lo que necesitas para nacer de nuevo en agua y Espíritu.

Debes bautizarte, por la libertad de que quieres ser un hombre nuevo, una mujer nueva…

Vayamos despacio.

Hasta mañana, hijo, hija de Dios; hermano, hermana mía.

P. Jesús
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