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2 de octubre de 2019

Miércoles 2 de Octubre de 2.019

Tiempo Ordinario /26º -Santos Ángeles Custodios

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 18, 1-5.10

El mayor en el Reino de los Cielos

1En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién será el más grande en el reino de los cielos? 2Él, llamando a sí a un niño, le puso en medio de ellos, 3y dijo: En verdad os digo, si no os volviereis y os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4Pues el que se humillare hasta hacerse como un niño de éstos, ése será el más grande en el reino de los cielos, 5y el que por mí recibiere a un niño como éste, a mí me recibe

10Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

El mayor en el Reino de los Cielos

Hijo, hija, has dejado de ser niño y, en algunas cosas, has perdido la fe, y en otras, has añadido ignorancia a la ignorancia en que de niño vivías, y es porque te han contado mal, muy mal, todo lo referente al tema sexual de la vida, de tu vida.

Ya no puedes tener amigos, porque la pureza de muchos no está, la han perdido buscando lo que llaman su identidad.

Comprendo que tengas la mente en mil cosas y quieras desconectar de tanta información como te llega. Por tener, no tienes ni tiempo de meditar, de gozar de las cosas pequeñas de la vida, o porque tienes tus cinco sentidos metidos en prosperar, o porque te evades de la realidad pensando en fornicar.

Déjame pedirte que no te compliques tanto la vida, porque realmente la vida, tu vida, va de Amor, del Amor con que Dios te Ama y tu amas a Dios.

Te iré contando este mes, hijo, hija, como a un padre que no soy, porque soy sacerdote, pero como él calla o calló, nosotros los sacerdotes vamos a tener que suplirlos en esto, antes de permitir que luego, más tarde, tengas tantas cosas por las que arrepentirte.

Quiero que tengas un corazón alegre, quiero que seas la esperanza de tus mayores y de los bebés que han de nacer; quiero enseñarte el Evangelio de la fe, que es que con Dios, con Jesús, todo se puede: Todo lo puedes en Cristo que te fortalece.

¡Este mes va por ti! que no quieres ser el mayor en el Reino de Dios, que tienes una apatía tal, un descontento descomunal en la gente que te envuelve, y que te da igual que estén o no estén, y esto, hijo, hija, es porque no sabes la verdad del Evangelio. Tú, léeme, ve leyéndome y comprenderás que puedes ser el mayor en el Reino de Dios. ¡Te diré cómo! Verás…

P. Jesús
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