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2 de diciembre de 2017

Sábado 2 de Diciembre de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 21, 34-36

Del mundo pero no mundanos

Luk 21:34 Dijo Jesús a sus discípulos: «Estad atentos, no sea que se emboten vuestros corazones por la crápula, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, y de repente venga sobre vosotros aquel día
Luk 21:35 como un lazo; porque vendrá sobre todos los moradores de la tierra.
Luk 21:36 Velad, pues, en todo tiempo y orad para que podáis evitar todo esto que ha de venir, y comparecer ante el Hijo del hombre». 

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Del mundo pero no mundanos

Hermanos, no puedo engañaros, todos lo sabemos, sabemos que nadie vive eternamente, y sabemos que nadie sabe qué día es el día de su muerte; eso es así de verídico e irrevocable, este es el, digamos, problema, el que vamos a morir; vamos a partir, y ¡solos!, de aquí, un día u otro, porque Dios estipuló que el hombre, la persona, sólo puede vivir como máximo 120 años, y así lo leemos en las Sagradas Escrituras, la palabra de Dios.

Nosotros, como no sabemos cómo es el Más Allá, tenemos miedo, ¡y es normal!, incluso Dios sufrió, orando en el huerto de los olivos, porque sabía lo que tenía que padecer para morir, porque al cuerpo, para dejar de funcionar y morir, tiene que pasarle algo, y normalmente este algo nos hace sufrir físicamente; por eso también nos da miedo la muerte, porque sabemos que posiblemente vamos a sufrir una enfermedad mortal que nos llevará al principio SIN FIN de la vida espiritual, sea en el Cielo o en el Infierno; que hay que decir las cosas como son, no para asustar a nadie, sino para dar a conocer los hechos evidentes, y así, teniéndolos en cuenta, no perdernos la vida, por ser mundanos y estar ocupados en cosas excesivamente terrenales que nos perjudican el alma y nos destroza el corazón; y ¡no hablemos de la conciencia!, ya que muchos pueden decir y con razón: ¿qué conciencia?, porque tantos mundanos han perdido la noción del bien y del mal; e incluso del bien, excediéndose en lo lícito y bueno, hacen un mal de ello, como la embriaguez; porque tomar vino, ¡Dios lo tomó!, así que es lícito, pero emborracharse, eso es pecado, y pecado grave.

Aquí, hermanos en Cristo, tenemos la oportunidad de decidir, de tener voluntad y de resistir toda mala tentación, acudiendo siempre a Dios, por la oración, con la oración, por los sacramentos, con los sacramentos.

Todo esto que os estoy contando a todos, porque todos nos hacemos compañía en esta vida, es para que teniéndolo claro, el presente y el futuro, y ¡clarísimo el pasado!, porque ya es irrevocable, recordemos que SOMOS LIBRES y que podemos hacer con nuestra vida lo que queramos, como hacen los mundanos, como debemos hacer nosotros, los del mundo.

Plantéate tu vida; estamos llegando al final de este año, y es un buen tiempo para reflexionar sobre el pasado, el presente, el futuro y la ETERNIDAD.

Te remito a la Virgen María, para que, como Ella, elijas la mejor parte.

P. Jesús

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