Martes 19 de Septiembre de 2.023
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Evangelio:
San Lucas 7, 11-17
Dios, Jesús, se compadece
11Aconteció tiempo después que iba (Jesús) a una ciudad llamada Naín, e iban con Él sus discípulos y una gran muchedumbre. 12Cuando se acercaban a las puertas de la ciudad, vieron que llevaban un muerto, hijo único de su madre, viuda, y una muchedumbre bastante numerosa de la ciudad la acompañaba. 13Viéndola el Señor, se compadeció de ella y le dijo: No llores. 14Y acercándose, tocó el féretro; los que lo llevaban se detuvieron, y Él dijo: Joven, a ti te hablo, levántate. 15Sentóse el muerto y comenzó a hablar, y Él se lo entregó a su madre. 16Se apoderó de todos el temor, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo. 17La fama de este suceso corrió por toda Judea y por todas las regiones vecinas.
Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)
«Palabra del Señor»
«Gloria a ti Señor Jesús»
Meditación:
Dios, Jesús, se compadece
Dios, Jesús, tiene corazón, y sufre cuando ve a los necesitados de afecto, de compañía, de dinero; vemos en el evangelio de hoy, que compadecido de la mujer viuda, le devuelve el hijo muerto, y eso te tiene que aumentar la fe, tiene que hacerte más creyente y fiel a Él, a Cristo, y verás que Cristo, que todo lo ve, también ve el dolor de una posible muerte, y devuelve la vida que parecía ya perdida, la devuelve porque sabe que tú necesitas que este ser querido viva, porque, ¿qué harás sin él?; reza, ora, ¡pide!, y confía; Dios tiene la última palabra, su pensamiento es fuente de vida, y tú le has conmovido con tus necesidades, de esa persona que amas y necesitas viva. ¡Vivirá!, Dios lo hizo una vez, y puede hacerlo cuantas quiera; ten fe y vive para hacer el bien, siempre el bien, sin mirar a quien. Pide y vivirá.
P. Jesús
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