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19 de febrero de 2015

Jueves 19 de Febrero de 2.015

Evangelio:

San Lucas 9, 22-25

Fue preciso que Jesús, Dios, padeciera mucho

Luk 9:22 Dijo Jesús a sus discípulos: «Es preciso que el Hijo del hombre padezca mucho y que sea rechazado de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y sea muerto y resucite al tercer día.
Luk 9:23 Decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Luk 9:24 Porque quien quisiere salvar su vida, la perderá; pero quien quisiere perder su vida por amor de mí, la salvará.»
Luk 9:25 Pues ¿qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si él se pierde y se condena?

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Fue preciso que Jesús, Dios, padeciera mucho

Para tu alegría y felicidad, era preciso que Dios, Jesús, padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos y por los príncipes de los sacerdotes, por los escribas…

… y la gente pidiera su muerte, y muerte en Cruz, porque necesitaba el hombre, las personas, un sacrificio, una absoluta alianza, única y para siempre, entre el Cielo y la tierra, entre Dios y los hombres, para recuperar lo perdido: la vida eterna, el no morir,  y además, el vivir en el Reino de los Cielos.

Jesucristo, sacerdote, pontífice, el que traspasa el velo del tabernáculo y entra en el Cielo, para que todos puedan heredarlo.

Amor en acción.

Crucifixión y Resurrección de Jesucristo, Señor y Salvador de la especie humana, Dios y hombre verdadero, ¡Rey de Cielos y Tierra!

Fue preciso que la Víctima diera su sangre, toda su sangre, para salvar al mundo, para salvarte a ti, ¡sí!, ¡a ti!

¡Viva Cristo Rey!

P. Jesús

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