Martes 18 de Octubre de 2.022
Tiempo ordinario/29º – San Lucas, Evangelista
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Evangelio:
San Lucas 10, 1-9 Dios designa 1Después de esto, designó Jesús a otros setenta y dos y los envió, de dos en dos, delante de sí, a toda ciudad y lugar adonde Él había de venir, 2y les dijo: La mies es mucha y los obreros pocos; rogad, pues, al amo mande obreros a su mies. 3Id, yo os envío como corderos en medio de lobos. 4No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias, y a nadie saludéis por el camino. 5En cualquier casa en que entréis, decid primero: La paz sea con esta casa. 6Si hubiere en ella un hijo de la paz, descansará sobre él vuestra paz; si no, se volverá a vosotros. 7Permaneced en esa casa y comed y bebed lo que os sirvieren, porque el obrero es digno de su salario. No vayáis de casa en casa. 8En cualquier ciudad donde entréis y no os recibieren, comed lo que os fuere servido, 9y curad a los enfermos que en ella hubiere, y decidles: El reino de Dios está cerca de vosotros. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Dios designa Jesús, Dios, designó a otros setenta y dos, y pidió que se rogase al Amo de la mies, mande obreros a su mies. No es fácil, nada fácil, ser obrero del Amo de la mies. Esos obreros tienen que ir de dos en dos y no llevar bolsa, ni alforja ni sandalias, y a nadie hay que saludar por el camino; y en cualquier casa que se entre, hay que decir primero: “la paz sea con esta casa”. ¡Vaya si es complicado ser obrero del Amo de la mies! Dios elije, decide quién irá con quién, delante de Él a propagar la Buena Nueva de la venida de Cristo Rey. Algunos entran muy “alegremente” en casa ajena, sin decir primero: “la paz sea con esta casa”, y llevan bolsa y alforja y sandalias, y saludan por el camino. ¿Cómo puede ser esto?… ¿quizás porque no son elegidos por Dios?… Los elegidos obedecen a su Señor, estos oyen su voz en su conciencia y recuerdan la doctrina cristiana, no se ponen en condiciones de pecar y van repartiendo la paz, con la fe de servir al Amo de la mies. P. Jesús © copyright |