Saltar al contenido

18 de enero de 2016

Lunes 18 de Enero de 2.016

Evangelio:

San Marcos 2, 18-22

Jesús les dijo

Mar 2:18 Los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban. Vienen, pues, y le dicen a Jesús: «¿Por qué, ayunando los discípulos de Juan y los de los fariseos, tus discípulos no ayunan?»
Mar 2:19 Y Jesús les dijo: «¿Acaso pueden los compañeros del esposo ayunar mientras está con ellos el esposo? Mientras tienen con ellos al esposo, no pueden ayunar.
Mar 2:20 Pero días vendrán en que les arrebatarán al esposo; entonces ayunarán.
Mar 2:22 Ni echa nadie vino nuevo en cueros viejos, pues el vino rompería los cueros y se perderían vinos y cueros; el vino nuevo se echa en cueros nuevos».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Jesús les dijo

No te preocupes si no puedes ayunar, porque necesitas de alimento para estar en forma y servir más y mejor a Dios; no te preocupes por eso, te lo digo con sinceridad. Ocúpate de hacer bien tu labor, de servir a todo el que necesite de un vaso de agua, y deja el ayuno en manos de Dios; Él sabe lo que puede hacer cada uno, y Él quiere que cada uno trabaje y trabaje bien; si ayunas, y luego no trabajas bien, robas a tu patrón, y esto no está bien.

Como el hacer adoración nocturna y, a la mañana siguiente, no rendir al cien por cien en tu trabajo; eso tampoco está bien. Si tú no puedes, no hagas ayuno, porque cada uno tiene que cumplir con su deber. Primero el deber. Si tan sólo se cumpliera con el deber de cada uno, el mundo sería otro; sería mucho mejor, y muchas negligencias que se hacen por cansancio, no se harían y no se pecaría tanto. A veces se tiene mal humor por no comer lo necesario, por no dormir lo suficiente; y Dios no quiere que llames “raca a tu hermano”; Dios quiere que siempre salgan de tí palabras de misericordia, que perdones. Mejor que perdones, a que hagas ayuno; mejor que tengas misericordia, a que vayas a hacer adoración nocturna; si no puedes, deja para quienes pueden, hagan estos actos que Dios bendice, si antes se ha cumplido con el deber. A Dios no se le puede dar bellotas por pan. A Dios no se le engaña; a Dios hay que servirle con tu deber fielmente cumplido. Y estáte alegre y da gracias a Dios por tener comida para comer; por tener alegría en tu corazón por ese deber cumplido. ¿Ya tienes hijos? Mejor que estés en vela cuidando a tus hijos, que evitar los hijos y querer adorar a Dios. A Dios no se le engaña, ¿verdad? Sí, eres listo; lo sabes; sabes que Dios ve los corazones.

Aliméntate bien y duerme tus horas, que la vida de servicio desgasta, y Dios quiere gastarte muuuuchos años, ¡como a mí!

Puedes hacer adoración diurna, con media hora de vez en cuando; Dios te lo premiará. Y, en cuanto al ayuno, ¿qué te parece sustituirlo por comida sana, y nada de cosas caras? ¿Te parece bien el cambio? Entonces; Amén.

P. Jesús

© copyright