Domingo 18 de Diciembre de 2.016
Evangelio:
San Mateo 1, 18-24 San José, el justo Mat 1:18 La concepción de Jesucristo fue así: Estando desposada María, su madre, con José, antes de que conviviesen, se halló haber concebido María del Espíritu Santo. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
San José, el justo Leemos en el Evangelio de hoy, que el apóstol San Mateo, dice de San José, que: “siendo justo, no quiso denunciarla y resolvió repudiarla en secreto”. San José era un hombre libre y no necesitaba hablar con nadie de sus problemas con Santa María, la Madre de Dios, que concibió a Jesús, del Espíritu Santo. ¿Hablas con otros de tus problemas? ¿Es otro u otro-s, que deciden por ti? La Iglesia siempre ha puesto a San José como modelo. ¿Haces como él y eres justo, decidiendo no faltar al respeto a quien ha ido contra ti?; ¿denuncias a la justicia, o eres justo como San José?… La palabra que San Mateo utiliza para denominar a San José, es que era JUSTO. Dice que San José era justo, y por serlo, no denunció el supuesto adulterio de su esposa, porque él, San José, sabía bien, que no era el padre del hijo que esperaba la Virgen María. Y sabiendo que la ley pedía que se denunciara a la esposa adúltera, para apedrearla y morir, él, San José, siendo JUSTO, dice el evangelista, no quiso denunciarla y resolvió repudiarla en secreto. ¡Esto sí que es amor verdadero! Para proteger a María de ser apedreada y vituperada en público hasta morir, LIBREMENTE, ÉL SOLO, San José, decide tener en su casa a la mujer que ama, aun cuando sospecha que le ha sido infiel; y la quiere tanto, que guarda silencio. Cuando tu cónyuge hace algo que no te agrada, ¿guardas silencio, eres justo como San José? Estamos en tiempos en que tantos dicen lo que piensan, al momento de pensarlo; pocos saben tener una vida sana, de meditar sus propios pensamientos y no descubrirlos al momento; más bien parece que ser listo, para algunos, es ir diciendo a todos lo que le pasa por la cabeza. Quiero hablaros de las delicias del pensamiento, de tener un lugar íntimo para ti, donde tú piensas, meditas, y luego decides, sólo lo que es JUSTO. Algunos dicen: “¡Denuncia!, ya que la ley tiene previsto el poder denunciar; acógete a eso y denuncia”. ¿Es esto ser JUSTO, como San José?… ¿Qué vas a sacar de la denuncia? ¿Hacer un daño irreversible? ¿Hacer que otro-s sufra-n?… P. Jesús © copyright |