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17 de octubre de 2020

Sábado 17 de Octubre de 2.020

Tiempo Ordinario/28º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 12, 8-12

Los que esconden su fe

(Dijo Jesús a sus discípulos): 8Yo os digo: A quien me confesare delante de los hombres, el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios. 9El que me negare delante de los hombres, será negado ante los ángeles de Dios. 10A quien dijere una palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado. 11Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o qué habéis de responder o decir, 12porque el Espíritu Santo os enseñará en aquella hora lo que habéis de decir.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Los que esconden su fe

Sé sencillo, ten una vida sencilla, desea una vida sencilla y no tendrás que esconder tu fe, ni dejar de hablar de ella.

Puedes conseguir lo bueno que quieras del mundo, a la manera de Dios, sin dejar de santiguarte en público.

Desúnete si te has unido con hipócritas; acaba tu labor y no emprendas otra, porque todo esto en lo que no está Dios, acabará mal, no se sostendrá.

Muchos planes han funcionado cuando tenías a Dios al lado, si lo apartas de ti, Dios dejará de hablar de ti al Padre, y entonces, ¿qué nombre tendrás?, ¿cuál será tu identidad?…

No hay cosa peor, incluso peor que la soledad, que el tener que callar el fuego que sientes dentro, las llamas de esa fe que te hacen un hombre nuevo.

Tampoco tienes que alardear de tu fe, eso tampoco es bueno; porque la fe es para vivirla y la bondad y el bien en tus cosas la demuestran, la muestran, la enseñan.

Ni alardear ni callar.

Es difícil tener una vida coherente, pero se puede.

Si has dado tu palabra y tienes tratos mundanos, acaba tu labor haciendo lo mejor. Pero vigila con quien te asocias, porque hay quien el dinero le ciega, y ningún ciego puede enseñar.

El éxito es conseguible y Dios te lo demostrará.

P. Jesús
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