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17 de julio de 2021

Sábado 17 de Julio de 2.021

Tiempo ordinario 15º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 12, 14-21

Mirad a mi Siervo, mi predilecto.

14Los fariseos, saliendo, se reunieron en consejo contra Él (Jesús) para ver cómo perderle.

15Jesús, noticioso de esto, se alejó de allí. Muchos le siguieron, y los curaba a todos, 16encargándoles que no le descubrieran, 17para que se cumpliera el anuncio del profeta Isaías, que dice: 18<<He aquí a mi siervo, a quien elegí; mi amado, en quien mi alma se complace. Haré descansar mi espíritu sobre él y anunciará el derecho a las gentes. 19No disputará ni gritará; nadie oirá su voz en las plazas. 20La caña cascada no la quebrará, y no apagará la mecha humeante hasta hacer triunfar el derecho; 21y en su nombre pondrán las naciones su esperanza>>.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Mirad a mi Siervo, mi predilecto.

Cuando algunos se unan en contra tuya, apártate de ellos, déjalos solos con sus malos pensamientos, deseos y planes, porque la vida continúa y tú debes continuar haciendo el bien siempre. Desaparece de sus vidas y sigue en el camino de tu fe, de tu bondad, de las obras de tu amor. Como hizo Dios mismo. No te enfrentes a ellos si sólo son sus deseos y planes pero, si han empezado a actuar, enfréntate al mal, si es preciso, poniendo la justicia de tu parte porque, si tú siempre has obrado bien, la justicia, si es justa tendrá leyes en donde apoyarte.

La vida es así de cruel: aunque no quieras, aunque no hagas nada malo, como no hacía nada malo Jesús de Nazaret, Dios mismo, siempre hay quien tu bondad le duele y quiere ‘hacerte desaparecer’ porque le daña tu forma y manera de ser, de vivir la vida; con ella les demuestras que puedes, que se puede servir a Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas.

Ten paz, porque Dios es Dios y vendrá siempre en tu ayuda y, aunque te lo pases mal, que así será, no podrán aniquilar tu bondad ni las obras de la misma. Tú sé bueno siempre, reza, usa de los sacramentos y confía en Aquel que vino al mundo a salvarte, a salvarnos; déjalo todo en sus manos y, si tienes que marcharte un tiempo y puedes hacerlo, hazlo. Si no puedes, Dios sabe que no puedes y vendrá a socorrerte porque eres su amado, su siervo predilecto.

P. Jesús

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