Saltar al contenido

16 de febrero de 2018

Viernes 16 de Febrero de 2.018

Tiempo de Cuaresma

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 9, 14-15

Ayuno

14Entonces se llegaron a Jesús los discípulos de Juan, diciendo: ¿Cómo es que, ayunando nosotros y los fariseos, tus discípulos no ayunan? 15Y Jesús les contestó: ¿Por ventura pueden los compañeros del novio llorar mientras está el novio con ellos? Pero vendrán días en que les será arrebatado el esposo, y entonces ayunarán.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Ayuno

Un acto de amor a Dios, es el ayuno.

Cuando un alma crece en santidad, le es más fácil doblegar sus deseos, incluso los lícitos, como es el deseo de ser amado por un semejante, porque da protagonismo a la vida espiritual, más que a la temporal; y aunque necesita de afecto, por la gracia de Dios, los santos son capaces de dar, sin necesidad de recibir; son capaces de servir, sin ser servidos; son capaces de amar a sus semejantes, sin ser amados, porque su alma goza de los deleites del Amor verdadero, del Amor del Creador. Los santos viven mejor.

Los puros, son santos, porque la tendencia a lo impuro es tanta, por la misma condición humana, que el ser puro, es casi sinónimo de santo. Y, ¿por qué?, porque la pureza es el desprendimiento de lo bajo de la misma naturaleza humana; quien no es puro, no es santo. ¿Quieres ser santo? Sé puro.

Para adquirir la pureza, si la has perdido, debes vivir en gracia de Dios y practicar el ayuno, debes negarte a comer cosas insanas y que no te hacen falta para una vida sana. Empieza, ayunando los viernes de esta cuaresma, y no lo dejes; aunque la Iglesia sólo pide ayuno en cuaresma, yo te sugiero ayunar todo el año, y dejar de comer lo innecesario, toda tu vida. ¡Come sano y vivirás!

Si te cuesta ayunar, que a veces cuesta al que no está acostumbrado a dejar pasar lo lícito en bien de fortalecer la voluntad, antes de ayunar (pero ayuna los viernes de la cuaresma) fortalece tu carácter en no hablar de más, en saber callar, aunque tengas muchas cosas por decir, en no ir de protagonista con la palabra, en que esta sea dada con un tono de voz educado, amable; no saques de ti lo que no es correcto. Ten tu vida propia, no vayas diciendo todo lo que piensas, lo que quieres; relaciónate con Dios y habla con Jesús en oración; ¡coméntaselo todo a María, tu Madre!, y calla.

La pureza empieza con el sacrificio personal de callar, de alejarse de los que no hablan bien y con bondad. ¡Las tentaciones entran con las ideas dadas por las palabras escuchadas! Escucha a Dios, ¡Dios habla!, Dios Espíritu Santo habla cuando estás callado, cuando vives el silencio.

Después de saber callar, podrás aprender a ayunar, y con el ayuno, avanzarás en santidad.

Dios te quiere santo.

Dios te hace santo, si quieres. ¿Quieres?…

¡No hables tanto!

P. Jesús

© copyright