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16 de enero de 2018

Martes 16 de Enero de 2.018

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Marcos 2, 23-28

Después del ayuno, a comer

23Caminando Él (Jesús) a través de las mieses en día de sábado, sus discípulos, mientras iban, comenzaron a arrancar espigas. 24Los fariseos le dijeron: Mira, ¿cómo hacen en sábado lo que no está permitido? 25Y les dijo: ¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintió hambre él y los suyos? 26¿Cómo entró en la casa de Dios, bajo el pontífice Abiatar, y comió los panes de la proposición, que no es lícito comer sino a los sacerdotes, y los dio asimismo a los suyos? 27Y añadió: El sábado fue hecho a causa del hombre, y no el hombre para el sábado. 28Y dueño del sábado es el Hijo del hombre.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Después del ayuno, a comer

El ayuno no es una regla de vida para mantener un cuerpo bello. El ayuno es para cuando uno necesita, más y mejor, de una respuesta de Dios, que ella, sin hacer ruido, ni tener voz divina, la recibes por inspiración de Dios. Nada de cosas espectaculares, sino que son cosas íntimas que uno reconoce como venidas del Cielo, porque siempre son cosas buenas, que usan de los buenos medios y fines. Nada que pide hacer un mal, aunque sea para un buen fin, es de inspiración divina.

Una vez hayas ayunado, si tienes salud para hacerlo, entonces, luego, come, come dando gracias a Dios por el alimento, y disfruta de recuperar fuerzas, esas que has perdido haciendo ayuno, para poder tu alma decidir sobre lo mejor de ti, para ti.

Un día de ayuno, basta. Veinticuatro horas sin comer y beber poco, bastan. Pero que además, sea un día que no sea de trabajo normal, sino que te cojas este día para que, durante el mismo, te unas a Dios Uno y Trino, por la intercesión de la Virgen María. Piensa que si no comes, mejor no conduzcas, ni trabajes, sino que estés en oración, meditación contemplación, y si lo necesitas, duermas. Sí, he dicho que duermas, porque Dios puede hablarte mejor, si no estás tan despierto que te mantienes tan alerta en lo que sucede en la vida, que te olvidas de vivir el silencio y la observación. Mejor si pudieras estar en plena naturaleza, sin ruidos, sin otras personas que no sea tu mismo y la Creación. Eso es lo ideal. Luego, se hace lo que se puede, y Dios es Dios y hace lo que quiere. ¡Ya sabes!

Sabes que Dios te Ama tanto, que te deja comer en sábado.

Come, alimenta tu cuerpo, porque los afanes de la vida te necesitan en plena potencia física; por lo tanto, date de comer, come sano y natural; piensa en que la comida es como lo que ves u oyes, ¡que te influye!; entonces, elije comer sano, y una vida sin gritos; una vida compartida con buenos amigos, sean o no de la familia; porque algunos apóstoles, eran hermanos de sangre, y otros no, y a todos los unió Dios, y les entregó a su Madre.

P. Jesús

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