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16 de enero de 2014

Jueves 16 de Enero de 2.014

Evangelio:

San Marcos 1, 40-45

Renuncia al pecado, ¡va!

Mar 1:40  Viene a Él un leproso, que, suplicando y de rodillas, le dice: Si quieres, puedes limpiarme.
Mar 1:41  Enternecido, extendió la mano, le tocó y dijo: Quiero, sé limpio.
Mar 1:42  Y al instante desapareció la lepra y quedó limpio.
Mar 1:43  Despidióle luego con imperio,
Mar 1:44  diciéndole: Mira no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés ordenó en testimonio para ellos.
Mar 1:45  Pero él, partiendo, comenzó a pregonar a voces y a divulgar el suceso, de manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en una ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares desiertos, y allí venían a El de todas partes.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Renuncia al pecado, ¡va!

Tú, que estás cansado de tu vida de pecado, que ves que no vas bien por ahí, que piensas que debe de haber otra clase de vida en esta vida, a ti, sí, a ti, te llama Dios, Jesús, y con los brazos abiertos espera que vayas a Él, y te dice, como dijo al leproso del evangelio de hoy: “Mira no digas nada a nadie, muéstrate al sacerdote”… Sí, sí, a ti, a ti te dice lo mismo, que vayas al sacerdote, a tu iglesia, y te confiesas; acúsate de todo lo malo que has hecho, y recibirás el bien de Dios, que es su sacramento de la penitencia, de la confesión, que te ofrece el perdón de TODOS tus pecados CONFESADOS, y la consolación de Dios Espíritu Santo.

Renuncia al pecado, ¡va!

P. Jesús

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