Jueves 15 de Junio de 2.017
Evangelio:
San Mateo 5, 20-26 El hombre justo Mat 5:20 Dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
El hombre justo El hombre justo, tiene consigo la Paz de Dios; y si la pierde, va a confesarse, y la recupera, porque al vivir en Gracia de Dios, en Gracia Santificante, por cumplir los mandamientos, si se peca, se va uno a confesar, y recupera su amistad con Dios. El hombre justo, es amigo de Jesús, Dios, y le imita; y como Jesús, Dios, toda su vida, la personal, social, de trabajo, la espiritual, toda su vida temporal, está bajo los deseos de Dios Padre. Quien imita a Jesús, éste es humilde por imitación, porque Jesús, Dios, fue humilde. No te burles de nadie, no hagas comentarios, tan humanos, que dejes de tener caridad; es mejor que pases por soso, y seas sal por tus virtudes. ¿Has visto tú un hombre justo, de fiesta en fiesta, bebiendo y charlando de más? Yo, no. El hombre justo es prudente, y la prudencia vive en el silencio, y teniendo la máxima relación con Dios. Cuesta no querer chismorrear, cuesta no querer saber lo que hacen los demás; algunos, porque tienen miedo de lo que les pueden hacer, otros porque quieren imitarlos, otros para criticar, juzgar y sentenciar. Y en ello, en saber lo de los demás, gastan el tiempo, que debería ser para saber de Dios, de lo que quiere Dios de uno, de cada uno. ¿Crees que Dios no ayuda a los justos? ¿Crees que los justos tienen que indagar en los demás para protegerse?; Dios mismo es la protección de los justos, es su escudo. Hacer el bien siempre, es como una capa protectora, que tiene el justo a toda hora. ¡Claro que recibe daños!, pero no, los que quieren darle sus enemigos; los enemigos del justo, son los que no obran bien, son los que les molesta que tú obres bien, porque ellos no lo hacen, ni quieren hacerlo. ¿Dónde está la libertad? Hay más libertad para pecar contra la Ley de Dios que contra la ley civil, en este mundo, que el pecado lo tiene sellado, y sólo Jesús, Dios, lo puede liberar, por la decisión personal de cada uno, de ser de Cristo, de ser de Dios, y ¡serlo! Hay que propagar el Evangelio. P. Jesús © copyright |