Miércoles 14 de Octubre de 2.020
Tiempo Ordinario/28º
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Evangelio:
San Lucas 11, 42-46 El Amor de Dios (Dijo Jesús): 42¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la menta y de la ruda, y de todas las legumbres, y descuidáis la justicia y el amor de Dios! Hay que hacer esto sin omitir aquello. 43¡Ay de vosotros, fariseos, que amáis los primeros asientos en las sinagogas y los saludos en las plazas! 44¡Ay de vosotros, que sois como sepulturas, que no se ven, y que los hombres pisan sin saberlo! 45Tomando la palabra un doctor de la Ley, le dijo: Maestro, hablando así, nos ultrajas también a nosotros. 46Pero Él le dijo: ¡Ay también de vosotros, doctores de la Ley, que echáis pesadas cargas sobre los hombres, y vosotros ni con uno de vuestros dedos las tocáis! Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
El Amor de Dios Dios que te ama tanto; ¿crees que ve tu amor?, ¿tú qué crees?, ¿demuestras, con tus palabras y obras, que amas a Dios, que valoras el amor con que Dios te ama?… Jesús, que es Dios, en verdad y de verdad te ama, con amor apasionado, ¡nada tibio!, sino con una entrega total, esa entrega que le llevó a dejarse matar por ti, para que tú puedas, hoy, ahora, demostrarle con tus palabras y obras, que lo amas, que aceptas el amor que Él, Cristo, te dio y te da, y que lo compartes con los demás, ¡amándoles!, ayudándoles con tu carácter, a que reciban lo mejor de ti, a que no tengan dolor, y no tengan que pecar, por tú darles, ¡jamás!, ningún mal, ni con tus palabras ni con tus obras. La vida tuya es siempre una lucha; lucha para dar lo mejor de ti mismo, para ser lo mejor que puedes ser y eres, si lo haces, si haces lo mejor que puedes hacer al cumplir con tu deber. El amor de Dios es a todos, ¡a ti también!, a ti también. Si tántos supieran cómo les ama Dios; si tú, con tu ejemplo, les mostraras lo que es el Amor y amar a Dios, por ser amado por Él, darías mucho más fruto. Sé un espejo de lo que es Jesús, ¡imítalo!, y no regatees esfuerzo alguno para que los que te ven y te oyen, sientan lo bien que estás contigo mismo, por tener en ti a Jesús, el Cristo, que lo recibiste en la Eucaristía, arrodillado, esperando que te fuera entregado. El Amor de Dios viene a ti, ¡siempre!; ¡no pases de largo!, ve a confesarte, asiste a la Santa Misa y comulga, que Dios te ama y quiere abrazarte en ti y contigo. P. Jesús |