Sábado 14 de Noviembre de 2.020
Tiempo Ordinario/32º
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Evangelio:
San Lucas 18, 1-8 Un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres 1Les dijo (Jesús a sus discípulos) una parábola para mostrar que es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer, 2diciendo: Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3Había asimismo en aquella ciudad una viuda que vino a él diciendo: Hazme justicia contra mi adversario. 4Por mucho tiempo no le hizo caso; pero luego se dijo para sí: Aunque, a la verdad, yo no tengo temor de Dios ni respeto a los hombres, 5mas, porque esta viuda me está cargando, le haré justicia, para que no acabe por molerme. 6Dijo el Señor: Oíd lo que dice este juez inicuo. 7¿Y Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aun cuando los haga esperar? 8Os digo que hará justicia prontamente. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra? Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres Todo aquel que tiene el poder de ayudar a otro, y no lo hace, es como el juez del Evangelio de hoy, ese juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres; pero te digo que, a pesar de estos jueces, de estas personas malas, Dios consigue, por la oración y el trabajo de muchos, aliviar las cargas de los oprimidos. Hay un tiempo nuevo, porque, como en Egipto hubo siete años de abundancia y siete años de escasez, también en la vida de muchos, acontece que pasan años de desgracias y luego vienen años de abundancia; porque Dios permite y prueba, y alienta y cuida, y los hijos que tienen fe verdadera, se protegen y hacen el bien; y pasa el tiempo, y hay paz y buenos alimentos, allí donde hubo hambre y pleitos. Cree en Dios, que es más poderoso que un juez malo; cree en el Creador, y apóyate en el Salvador, y confórtate con el Consolador. Si no es una cosa, es otra, pero en cada cosa, en cada situación y circunstancia, si tú vives realmente y verdaderamente en Gracia de Dios, verás, con el tiempo, que Dios NO FALLA, que jamás te soltó de la mano, y que hizo muchas cosas maravillosas para tenerte siempre fiel. Porque Dios ama a los que le aman. ¡Es de fe! P. Jesús |