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14 de enero de 2022

Viernes 14 de Enero de 2.022

Tiempo ordinario/1º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Marcos 2, 1-12

Sabes, tú sabes dónde está Jesús, Dios

1Entrando de nuevo, después de algunos días (Jesús) en Cafarnaúm, se supo que estaba en casa, 2y se juntaron tantos, que ni aun junto a la puerta cabían, y Él les hablaba.3Vinieron trayéndole un paralítico, que llevaban entre cuatro.4No pudiendo presentárselo a causa de la muchedumbre, descubrieron el terrado por donde Él estaba, y, hecha una abertura, descolgaron la camilla en que yacía el paralítico. 5Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6Estaban sentados allí algunos escribas, que pensaban entre sí: 7¿Cómo habla así éste? ¡Blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? 8Y luego, conociéndolo Jesús, con su espíritu, que así discurrían en su interior, les dice: ¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? 9¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu camilla y vete? 10Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados — se dirige al paralítico —, 11yo te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 12El se levantó, y, tomando luego la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos se maravillaban, y glorificaban a Dios diciendo: Jamás hemos visto cosa igual.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Sabes, tú sabes dónde está Jesús, Dios

Dios te ha perdonado, fuiste a confesarte y te perdonó; pero sigues y sigues pensando en que no mereces el perdón de Dios.

Cuando uno que no conocía a Dios, Jesús, lo descubre, ¡vende todo y compra el campo con el tesoro!, y vive feliz, días y más días. Pero viene la tentación y cae, porque pecar es caer, y todos pecan, ¡ya se sabe!

Entonces algunos se asustan, porque creen que, habiendo comprado el campo, teniendo el tesoro, no tenían que haber pecado, no tenían que haber caído en la tentación, ¡no tenían que haber fracasado en el amor de amar a Dios sobre todas las cosas y personas!; pero la felicidad, la euforia de la vida de la Gracia, los llevó a creerse unos súper héroes, y hablando aquí y allí de Dios, se le acercaron antiguos pecadores, de sus días de miserias, y quiso, como buen soldado de Cristo, ¡ayudarlos!; pero, si en un principio, así parecía que iba la cosa, luego resultó que se confió demasiado y cayó en las trampas del que dice querer ser evangelizado y que fue atraído por la luz de la Gracia que le deslumbró, y en sus porqués, de estudio, hicieron dudar de la fe al recién convicto, llevándolo a las galeras y haciéndole hacer trabajos forzados; no resistió la prueba y PECÓ.

¡Y no estaba preparado para ser de nuevo un desgraciado!, es decir, uno que vive sin vivir en Gracia de Dios. Y… bueno, ya sabéis la historia, ¡es la de tantos!…

Pero no es la de muchos, la historia de volver a empezar a recuperar la nave de la Gracia Santificante. Tantos la dejan pasar. ¡Allá vaaaaaaaaaa! Sola, abandonada a la deriva, mientras el pecador quiere morir y… ¡no muere!, sino que vive, y tiene una larga vida por delante, aunque sufre y tiene enfermedades, pero vive y vivirá, mientras la nave de la Gracia Santificante, sigue navegando sola, sin ningún ocupante, porque el propietario de su propia vida, está viviendo la vida en tierra, cuando su vida es la mar. ¡A navegar!

No hay cosa más triste, que ver a un converso, frustrado por el nuevo pecado.

Todos se creen que ¡viva, hemos encontrado a Cristo, sólo tenemos que luchar contra el pasado, porque el presente y el futuro, está asegurado!

¡Locos!

A Dios se lo necesita, cada día de toda tu vida.

Ve con los que entienden de esto y no te dicen que estás acabado, sino que has empezado a entenderlo, a comprender que NO ERES DIOS, eres tú.

¿Quién eres tú?… Ese que necesita de Dios cada día, toda su larga vida.

¡Vive!

P. Jesús

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