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13 de septiembre de 2017

Miércoles 13 de Septiembre de 2.017

Evangelio:

San Lucas 6, 20-26

Vivir la pobreza

Luk 6:20 Jesús, levantando sus ojos sobre los discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios.
Luk 6:21 Bienaventurados los que ahora padecéis hambre, porque seréis hartos. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Luk 6:22 Bienaventurados seréis, cuando aborreciéndoos los hombres, os excomulguen y maldigan, y proscriban vuestro nombre como malo, por amor del Hijo del hombre.
Luk 6:23 Alegraos y regocijaos en aquel día, pues vuestra recompensa será grande en el cielo. Así hicieron sus padres con los profetas.
Luk 6:24 Pero ¡ay de vosotros, ricos, porque habéis recibido vuestro consuelo!
Luk 6:25 ¡Ay de vosotros los que ahora estáis hartos, porque tendréis hambre! ¡Ay de vosotros los que ahora reís, porque gemiréis y lloraréis!
Luk 6:26 ¡Ay cuando todos los hombres dijeren bien de vosotros, porque así hicieron sus padres con los falsos profetas!».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Vivir la pobreza

Cuesta más, mucho más, vivir la pobreza que ser pobre, porque vivir la pobreza es ser pobre adrede, teniendo lo que uno tiene; aquello no es lo importante, sino vivir como los pobres, trabajando y ayudando a todos. ¡Eso sí que cuesta!, y hay muy pocos que lo consigan. A veces, Dios permite que antes de hacer mucho dinero, una persona pase primero por la pobreza, para que la costumbre de ser pobre y feliz, no lo aparte de esta vida, la de la pobreza, teniendo riqueza por el trabajo bien hecho. Saber privarse de lo que a veces se llama necesario, pero no lo es, esto le agrada Dios; le agrada muchísimo, que a los que bendice o bendecirá, con la riqueza y la prosperidad, por su buen trabajo profesional, estos sigan viviendo la pobreza, ¡felices de la vida!, porque, seamos sinceros, y el que ha sido pobre, lo sabe, ese desapego de lo material, ayuda a muchos a poner su corazón en el goce de una felicidad distinta, diferente a la del consumismo, del capitalismo. Normalmente, los buenos ricos, se hacen ricos porque trabajan mucho y disfrutan de su trabajo y su vida austera, y sin casi darse cuenta, van acumulando capital; pero es en pago a sus servicios, a su trabajo; y viene el día dichoso, en que se ve con un gran capital, y está contento y feliz de que su trabajo haya rendido tanto, porque el dinero que se recibe a cambio del buen trabajo, dice de uno que trabaja bien, y por eso tiene trabajo, y la gente lo valora y le paga por él. 

No está reñido ser rico y ser bienaventurado, si estás haciendo tu buen dinero con un trabajo honrado, honesto y bueno, haciendo un servicio que cobras, por ser tu oficio. Sigue así y sigue viviendo la pobreza, sin guardar el dinero como usurero, sino haciéndolo circular como herramienta para hacer el bien. 

Aprended a mirar el dinero como recompensa de vuestro justo trabajo, y vivid la pobreza; da al necesitado tu ayuda, tu servicio, ¡tu caridad!, y verás que aún siendo rico, serás MUY FELIZ.

P. Jesús

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