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13 de diciembre de 2019

Viernes 13 de Diciembre de 2.019

Tiempo Adviento /2º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 11, 16-19

La gente es…

(Dijo Jesús a la muchedumbre): 16¿A quién compararé yo esta generación? Es semejante a niños sentados en la plaza, que se gritan unos a otros, 17diciendo:

<<Os tocamos la flauta, y no habéis danzado; hemos entonado canto de duelo, y no os habéis golpeado el pecho>>.

18Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen: Está poseído del demonio. 19Vino el Hijo del hombre, comiendo y bebiendo, y dicen: Es un comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y pecadores. Y la Sabiduría se justifica por sus obras.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

La gente es…

Buena o mala es la gente, siempre ha sido así, y siempre va a ser igual, porque el bien y el mal existen en esta vida, y cada uno tiene que luchar contra el mal y hacer el bien, como hizo Jesús de Nazaret, que aunque recibió mal, mucho mal, Él, Dios, siempre hizo el bien; y tú debes hacer lo mismo.

Jesús no vivió para tener dinero, casa-s, prestigio social; Él, Dios, vivió haciendo el bien, sirviendo a los demás, ¡diciendo a todos la verdad!, abriéndoles los ojos al pecado, para que no pecaran más, para que se arrepintieran, y por Él, por Jesús, Dios, se salvaran.

Los bienes de este mundo, no valen perder tu alma; nada material, vale perder tu alma, ¡NADA!

Apuesta por Dios, por Jesús, y vive una vida sencilla, austera. Si no puedes tener casa de propiedad, ¡no la tengas!; no vendas tus talentos, tus dones y virtudes, por cuatro paredes o cuatro ruedas; la felicidad está en luchar por ser santo, por apartarse del mal y hacer el bien.

Pocos hablan de apartarse del mal, al contrario, muchos, incluso sacerdotes, te incitan a ir allí donde hay mal, para, dicen, hacerles bien; pero Dios no hizo esto, Jesús no fue mundano, Él hablaba en las sinagogas y no en casas de prostitución; Él, Dios, Jesús, hablaba en las plazas ¡a todos!, a todos los que querían escucharle; y esos se acercaban, y los que no querían saber nada de Él, de Dios, se mantenían lejos de su presencia; Dios vivía unido a los que querían ser buenos, y aunque Judas lo quiso, quiso ser bueno en un principio, después, el dinero lo perdió, y sigue ocurriendo esto, que tantos, de niños, de jóvenes, quieren ser buenos, pero el dinero, el afán de dinero, los pierde, y venden su alma por cuatro paredes, por cuatro ruedas.

Quiero, que sí, que queráis hacer rendir vuestro trabajo, y que trabajando hagáis dinero, ¡y Dios lo quiere!, si nó ¿quién ayudará a los necesitados? Pero esto no es lo mismo que ir deprisa, corriendo, buscando dinero fácil, vendiendo por él tu vida eterna en el Cielo, esta vida que Dios, Cristo, Jesús, pagó a tan alto precio: toda su Sangre.

Por la Sangre de Jesús, te pido, yo, sacerdote católico, te pido que te fíes de Dios y esperes a ganarte el pan con el sudor de tu frente, y si tardas más, piensa que quizás Dios lo permite, para que sepas lo que sienten estos tantos millones de personas que no tienen nada, NADA. ¿Por qué tú tienes que tener más que ellos?, ¿por qué te mereces este destino?… Porque sabes de mundanos que ganan mucho dinero. Hijo, hija, un buen cristiano, no puede tener mucho dinero, invertido, sí; invertido, dando trabajo a los demás, sí, pero un cristiano no puede ser usurero ni mundano. ¡Van mal los que no hacen el bien! Recemos por ellos. Amén.

P. Jesús
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