13 de abril de 2015

Un hombre nuevo por el bautismo, por el signo de la fe, por el agua y el Espíritu. Cree y bautízate, nacerás de nuevo, Dios te perdonará todos los pecados y saldrás del círculo del pecado original. Los que no están bautizados, sienten, tienen aún en ellos, el lastre del pecado original, cometido por los primeros Padres, Adán y Eva, el pecado que los arrastra a la muerte; tú puedes vivir en el Reino de los Cielos, dejar la muerte y vivir eternamente en el Reino de Dios, si tienes fe y te bautizas.

¿Has bautizado a tus hijos?; ¿y estos nietos, has pedido, insistido en la oración y pidiéndoselo a sus padres, que los bauticen?; ¿no quieres que vivan para siempre? ESTOS SON PECADOS DE OMISIÓN.

Tanta gente sin bautizar, viviendo en pecado mortal; tanta gente perdiéndose el Cielo y una vida feliz en la tierra, la vida de la Gracia.

Reza por tus conocidos que no son bautizados; la oración lo puede todo, ¡de veras!, y más, si pides por la intercesión de la Virgen María, Madre de Dios y de todos los hijos de Dios, o sea, todas las personas, porque todos han salido de Dios, su hálito les da vida.

Recemos hoy, más que por las vocaciones religiosas, por el bautismo de todas las personas. Los bautizados reciben a Dios, y Dios les protege de todo mal, de los demonios, de las secuelas del pecado original.

No hagas pecado de omisión, y reza y habla del bautismo. Mientras hay vida, hay esperanza. Reza, reza, reza. Ponte en oración y no hagas pecados de omisión.