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12 de diciembre de 2016

Lunes 12 de Diciembre de 2.016

Evangelio:

San Mateo 21, 23-27

No lo sabemos

Mat 21:23 Entrando Jesús en el Templo, se le acercaron los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo mientras enseñaba, diciendo: «¿Con qué poder haces tales cosas? ¿Quién te ha dado tal poder?».
Mat 21:24 Respondió Jesús y les dijo: «Voy a haceros yo también una pregunta, y si me contestáis, os diré con qué poder hago tales cosas.
Mat 21:25 El bautismo de Juan, ¿de dónde procedía? ¿Del cielo o de los hombres?». Ellos comenzaron a pensar entre sí: «Si decimos que «del cielo», nos dirá: «¿Pues por qué no habéis creído en él?»,
Mat 21:26 si decimos que «de los hombres», tememos a la muchedumbre, pues todos tienen a Juan por profeta.
Mat 21:27 Y respondieron a Jesús: «No sabemos». Díjoles Él a su vez: «Pues tampoco os digo yo con qué poder hago estas cosas».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

No lo sabemos

Algunos no saben lo que hacen, y algunos dicen, como le dijeron a Jesús: “No lo sabemos”. Y no es lo mismo. Es distinto, ser ignorante a ser hipócrita; y algunos hipócritas, se hacen los ignorantes; ¡cuidado con ésos!, porque van a querer enredarte en sus preguntas, como querían hacerlo con Dios, Jesús. Y tú no eres Dios, pero tienes a Dios, Espíritu Santo.

Por cierto, hijo, hija, ¿ya has recibido el sacramento de la Confirmación?…

Si quieres consagrarte, antes, prepárate y recibe el sacramento de la Confirmación, porque también hay muchos hipócritas en la misma Iglesia de Dios, la Católica, Apostólica y Romana.

El consagrado necesita estar bien preparado, para no dudar de su fe, porque encontrará a algunas personas y algunas circunstancias, que querrán desanimarle; el consagrado tiene que saber, y para saber, hay que conocer a Jesús, leer el Evangelio, y llenarse de fe.

Nuestra fe se basa en la Persona, en las palabras y la vida de Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios; y tu fe en esta Verdad, te permitirá vivir la caridad, como Dios la vivió. Aunque no leyeras nada más, lee los Evangelios, ¡conoce a Jesús!, entérate de todo lo que dijo, de lo que hizo, de lo que vivió. Amigo, hermano en Cristo, te pido por favor, ¡por favor!, que leas el Evangelio, y también toda la Sagrada Biblia; pero, sobre todo, ama a Jesús, y para amarle debes conocerle bien. Te sugiero, y oro al Padre, para que leas, aprendas, y pongas en práctica, las enseñanzas del Evangelio; te llenarás de paz; el amor invadirá tu corazón, y la soledad, ¡nunca más! la tendrás, porque vivirás en el amor del Dios de Amor.

Yo no te diré: “No lo sé”, recordando a ese “no lo sabemos” de los hipócritas, porque yo, como sacerdote, sí que lo sé, y te lo cuento todo, todo lo que sé, porque es algo MARAVILLOSO, saber, conocer a Cristo Rey, a Jesús, el Carpintero, al Hijo de Dios, nacido de mujer, en las purísimas entrañas de la Virgen María. ¡Haz la prueba!, lee, estudia, vive el Evangelio, y me dirás, si tu vida no es distinta; me dirás, si tu vida no es mejor que cuando no conocías a Dios.

Llénate de Dios, conociendo su Palabra, viviendo su Palabra, amando su Palabra.

Estamos acercándonos a la Navidad, recordando que Dios nació un día como Hombre, como Bebé, porque ama a las personas, porque te Ama.

Dios no te pone cargas pesadas para seguirle, al contrario, Él lleva tu cruz; y está en los sacramentos, en los sacerdotes, para que te ayuden, para que te den a Dios, para que tengas contacto directo con Dios mismo, para que puedas recibir su Amor, y entregarle el tuyo.

Y si quieres, consagrándote a Dios, es una manera muy personal de disfrutar de la religión, de tu fe.

P. Jesús

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