Domingo 11 de Noviembre de 2.018
Tiempo Ordinario /32º
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Evangelio:
San Marcos 12, 38-44 El óbolo de la viuda 38En su enseñanza (Jesús) les decía: Guardaos de los escribas, que gustan de pasearse con rozagantes túnicas, de ser saludados en las plazas 39y de ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes, 40mientras devoran las casas de las viudas y simulan largas oraciones. Estos tendrán un juicio muy severo. 41Estando sentado enfrente del gazofilacio, observaba cómo la multitud iba echando monedas en el tesoro, y muchos ricos echaban muchas. 42Llegándose una viuda pobre, echó dos leptos, que hacen un cuadrante, 43y llamando a los discípulos, les dijo: En verdad os digo que esta pobre viuda ha echado más que todos cuantos echan en el tesoro; 44pues todos echan de lo que les sobra; pero ésta, de su indigencia, ha echado cuanto tenía para vivir. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
El óbolo de la viuda Hay que seguir cuidándose de los que les gusta pasear y que les saluden donde van, estos fariseos, escribas y “sumos sacerdotes”, que van de dictadores y quieren marcar modas y costumbres, las que a ellos les convienen, y no las que Dios ha pedido desde siempre. Los que oprimen al pobre, los que se aprovechan de las viudas, los que abusan de los niños. Buscan a las personas humildes de corazón, que no juzgan con sentencias, que ellos, los escribas y fariseos, los que se creen sumos sacerdotes, no las cumplen ni cumplirán jamás. ¡Ruedas de molino van a atarles en sus cuellos, y van a caer en el pozo de los judas, donde la mala conciencia les devorará su corazón ensangrentado de muertes de víctimas, de holocaustos humanos. ¡Hay Uno superior a todos!, ¡Jesucristo!, ¡Dios Hijo!, salido de Dios Padre y de la niña judía, la Virgen María. ¡Ése!, ¡¡Ése hace y hará vuestra justicia!! No dudéis jamás de la Ley de Dios, que es la que rige todo sano corazón, toda buena conciencia; no dudéis del Padrenuestro, ni el Avemaría o el Gloria; no dudéis del Credo y rezad el Señor Mío Jesucristo. Porque ha de venir Dios a juzgaros a todos, y todos vais a pasar por la sentencia del Crucificado por vuestros pecados. Buscad la salvación, pedid perdón por vuestros pecados, ¡arrepentíos! Porque la muerte llega como ladrón escondido, que planea y roba la vida. Si eres malo, si haces el mal, ve a confesar y hazte bueno, porque vendrá, ya viene la muerte para ti también. Nadie vive más de ciento veinte años. ¡Nadie! ¡Vas a morir! Pide perdón y vive por la salvación que viene, que proviene de la muerte y muerte en Cruz, de Cristo Jesús. P. Jesús © copyright |