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11 de noviembre de 2016

Viernes 11 de Noviembre de 2.016

Evangelio:

San Lucas 17, 26-37

Un día normal, un día cualquiera

Luk 17:26 Dijo Jesús a sus discípulos: «Como sucedió en los días de Noé, así será en los días del Hijo del hombre.
Luk 17:27 Comían, bebían, tomaban mujer los hombres, y las mujeres marido, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los hizo perecer a todos.
Luk 17:28 Lo mismo en los días de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, plantaban y edificaban;
Luk 17:29 pero, en cuanto Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, que los hizo perecer a todos.
Luk 17:30 Así será el día en que el Hijo del hombre se revele.
Luk 17:31 Aquel día, el que esté en el terrado y tenga en casa sus enseres, no baje a cogerlos; e igualmente el que esté en el campo, no vuelva atrás.
Luk 17:32 Acordaos de la mujer de Lot.
Luk 17:33 El que busque guardar su vida, la perderá, y el que la perdiere, la conservará.
Luk 17:34 Os digo que en aquella noche estarán dos en una misma cama, uno será tomado y otro dejado.
Luk 17:35 Estarán dos moliendo juntas, una será tomada y otra será dejada».
Luk 17:36 Y tomando la palabra, le dijeron: «¿Dónde será, Señor?».
Luk 17:37 Les dijo: «Donde esté el cuerpo, allí se juntarán los buitres».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Un día normal, un día cualquiera

No habrá nada especial que avise del momento real de la venida de Cristo Rey, será un día normal, un día cualquiera, en que cada quien hará su vida común, y ¡de repente, sucederá, Dios vendrá! ¡Bendita sea la hora!, bendito el día de la nueva venida de Cristo, Dios Hijo.

En un momento, estés haciendo lo que hagas, ocurrirá que todo terminará para todos, definitivamente; el mundo terminará.

El evangelio es eso, darnos a conocer la Buena Nueva, la que por Dios, Cristo, venció al pecado y a la muerte, y viviremos; vivimos para siempre, oh amigo, nos encontraremos, de seguro, en este Cielo futuro, este nuevo cielo, esta nueva tierra, para los buenos.

Los malos, los inmorales, éstos no tienen cabida en la Dicha sin fin, allí donde vive Dios, y vivirá el hombre, la persona que ama a Dios sobre todas las cosas.

Procura, en esta vida, ganarte la vida eterna, porque es cierto, es verdad, que llegará un día final, en que se terminará la vida en el planeta Tierra. Medita esta verdad y busca lo positivo, que lo bueno para ti, es que siendo bueno, teniendo fe y usando de la oración y los sacramentos, puedes, tú puedes, seguir viviendo en el Cielo. Amén.

P. Jesús

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