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11 de febrero de 2018

Domingo 11 de Febrero de 2.018

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Marcos 1, 40-45

Dios quiere, pero tú no vas a Dios

40Viene a Jesús un leproso, que, suplicando y de rodillas, le dice: Si quieres, puedes limpiarme. 41Enternecido, extendió la mano, le tocó y dijo: Quiero, sé limpio. 42Y al instante desapareció la lepra y quedó limpio. 43Y amonestándole severamente, le despidió, 44diciéndole: Mira no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés ordenó en testimonio para ellos. 45Pero él, después de partir, comenzó a pregonar a voces y a divulgar el suceso, de manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en una ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares desiertos, y allí venían a Él de todas partes.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Dios quiere, pero tú no vas a Dios

Vives mal, y lo sabes, pero estás tan cansado que hasta te cuesta cambiar de vida; podrías, incluso, seguir así toda tu vida, que es mucha, pero es que cambiar de vida… te da pereza.

¿Qué ocurrirá en tu nueva vida?… ¿y si te va peor?…

¿¡Peor!?… Vaya, si que estás mal.

El que teme dar un giro cuando está agonizando y abandonado, ¿merece ahogarse, hundirse?… Nadie merece sufrir como tú estás sufriendo, ¡Nadie!

Ve a Dios y dile, como el solitario leproso, al que nadie quiere y todos dejan solo: “Si quieres, puedes limpiarme.”

¿Y cómo pudo llegar el leproso ante Dios, Jesús, si siempre iba con tanta gente, y la gente teme a los leprosos?… Mira que era difícil que un leproso pudiera acercarse a Jesús, y sin embargo muchos leprosos se le acercaron, porque cuando la necesidad es mucha, los pies te llevan a Dios.

¡Ve con Dios, leproso!

Ruega al Rey de Cielos y tierra, que tenga compasión de ti, ¡y la tendrá!; pero tienes que partir, alejarte de la zona de lepra, pasar entre la multitud y acercarte a Jesús, y ¡eso da miedo!, ¡ya lo creo!; pero si te digo que Jesús te ama, ¿qué tal?, ¿tu miedo es igual, o es ya menos?… Entonces, ¡¡¡correeee!!! Ve al encuentro de Jesús, Dios; sal de tu zona de dolor y decide vivir libre, ¡¡¡libre!!!

Sólo tienes que ir, ¡Sal!

Puedes curarte, mientras, que de seguir igual, todo será eso, igual, por los años y los años y más años. Porque aunque te sientas morir, vas a vivir.

¡Ponte en marcha, leproso!

¡Dios te ama!

P. Jesús

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