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11 de agosto de 2022

Jueves 11 de Agosto de 2.022

Tiempo ordinario/20º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 18, 21-30.32-35

Pide perdón y a la vez perdona tú a otros

21Entonces se le acercó Pedro (a Jesús) y le preguntó: Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano si peca contra mí? ¿Hasta siete veces? 22Dícele Jesús: No digo yo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. 23Por esto se asemeja el reino de los cielos a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos. 24Al comenzar a tomarlas, se le presentó uno que le debía diez mil talentos. 25Como no tenía con qué pagar, mandó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía y saldar la deuda. 26Entonces el siervo, cayendo de hinojos, dijo: Señor, dame espera y te lo pagaré todo. 27Compadecido el señor del siervo aquel, le despidió, condonándole la deuda. 28En saliendo de allí, aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándole, intentaba ahogarlo al tiempo que le decía: Paga lo que debes. 29De hinojos le suplicaba su compañero, diciendo: Concédeme un plazo y te pagaré. 30Pero él se negó, y le hizo encerrar en la prisión hasta que pagara la deuda. 32Entonces hízole llamar el señor, y le dijo: Mal siervo, te condoné yo toda la deuda porque me lo suplicaste.33¿No convenía, pues, que tuvieras tú piedad de tu compañero, como la tuve yo de ti? 34E irritado, le entregó a los torturadores hasta que pagase toda la deuda. 35Así hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonare cada uno a su hermano de todo corazón.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Pide perdón y a la vez perdona tú a otros

Vemos en la historia del Evangelio de hoy, que al protagonista no le costó pedir perdón, era tan grande su deuda que solamente podía ser zanjada por el perdón de su acreedor, y no teniendo más opción que ésta, pidió perdón, y pienso, que quizás lo hizo de corazón, pidió perdón de corazón, porque sabía lo que le podía esperar a él y a su familia, de no ser perdonado. Esta misma persona que pidió perdón, y creemos que lo hizo humildemente, esta misma persona, en poco tiempo, al encontrarse con un deudor suyo, cambió su corazón, lo llenó de ira y venganza y exigió de muy malas maneras, el pago que este deudor le debía; y por no poder pagarle el deudor, el personaje de nuestra historia quiso encerrarlo en la cárcel a él y a su familia; ¿es que tenía dos corazones?, ¿es que tenía dos voluntades?, ¿es que tenía dos maneras de ver la vida, una para que le perdonasen a él y otra para no perdonar él a los demás?

No puede ser esto, amigos, lo que no quieras para ti, no lo desees ni lo hagas a nadie, porque hay un Creador en el Cielo, un Dios que todo lo ve, y puede apartar su bendición de ti, por tú no bendecir a los demás; y entonces, tú, sin la bendición de Dios, puedes caer en manos de usureros, de gente sin escrúpulos ni moral que pueden hacerte mucho daño a ti y a tu familia. Ten en cuenta mis palabras, y te mando un abrazo bien sincero. ¡Ánimo, no es tarde para empezar de nuevo!

Recuerda: lo que no quieras para ti, no lo quieras ni lo des a los demás. Por favor, por caridad.

P. Jesús

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