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10 de junio de 2016

Viernes 10 de Junio de 2.016

Evangelio:

San Mateo 5, 27-32

No adulterarás

Mat 5:27 Dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que fue dicho: «No adulterarás».
Mat 5:28 Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón.
Mat 5:29 Si, pues, tu ojo derecho te escandaliza, sácatelo y arrójalo de ti, porque mejor te es que perezca uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna.
Mat 5:30 Y si tu mano derecha te escandaliza, córtatela y arrójala de ti, porque mejor te es que uno de tus miembros perezca que no que todo el cuerpo sea arrojado a la gehenna.
Mat 5:31 También se ha dicho: «El que repudiare a su mujer, déle libelo de repudio».
Mat 5:32 Pero yo os digo que quien repudia a su mujer — excepto el caso de fornicación — la expone al adulterio, y el que se casa con la repudiada, comete adulterio».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

No adulterarás

La atracción sexual es algo normal en un ser humano, como debería ser normal que las personas quisieran ser virtuosas y no pecar, porque el que peca es reo del Infierno eterno; esto es de fe, es decir, ¡es la verdad!

Cuando alguien sienta atracción sexual hacia otra persona, debe, tiene que desviar de su mente los pensamientos que puedan hacerle pecar; tiene que desviar su mente de la atracción que siente, y además tiene que saber y sabe, que esto, esta atracción sexual, la siente, la puede sentir, con varias personas; y eso quiere decir que, por el mero hecho de sentir atracción sexual, no significa que uno se esté enamorando; sencillamente, se está excitando, pero la excitación no es amor. El amor es sentir respeto por otra persona, un respeto que hace que no la quieras usar, ni quieras ser usado, sino que deseas compartir una vida para siempre, sin divorcio.

El casado, la casada, que ame a su cónyuge y disfrute de todo el amor que siente, amor sexual, amor romántico, admiración por sus cualidades y ternura por sus debilidades.

El matrimonio es para siempre, y es bueno que lo sea. ¿Quién quiere ser amado-a sólo por una temporada? Nadie. Sí que hay quien quiere pecar toda su vida, pero esto no es amor, es pasión sexual. El que desea unirse en sacramento matrimonial, éste lo quiere para siempre, en las buenas y en las no tan buenas, buscando juntos y unidos, la solución a los problemas de la vida; y esto es lindo, es maravilloso tener a otra persona que quiere lo mismo que tú, el que los dos seáis UNO.

Si tienes malas tentaciones de fornicación, de adulterio, dite la verdad, que es un pecado mortal, que por esa debilidad, Dios te castigará a la eternidad en el Infierno. No vale la pena perderse una eternidad feliz, por unos momentos de pasión sexual; ¿verdad?… Nadie es perfecto, ni la persona que te está tentando para que abandones tu castidad o la unión con tu cónyuge; esto acabará mal; siempre terminan mal las relaciones sexuales sin el cariño, sin la ternura, sin la certeza de una vida juntos. Miles, millones de personas, han cometido adulterio, han fornicado; y ¿recuerdas qué es de ellas?… Míralos cómo, ahora, en su ancianidad, no tienen nada de esta pasión por la que dejaron el respeto de sí mismos, el respeto de los demás.

Sin respeto, uno se siente un animal, y sufre, y su vida es un esconderse, un no vivir.

Los que saben que la atracción sexual forma parte de la vida, no sucumben a ella, sino que al sentirla, la rechazan porque esperan a casarse, a entregarse, totalmente y para siempre, a su cónyuge, éste que siempre le ama y le amará.

Os deseo el respeto, eso da la felicidad, el que te respetes y te respeten. Necesitas de la sociedad para tener una vida auténtica; no puedes abandonarlo todo para darte a la pasión sexual; los años pasan, y mira lo que queda. Apelo a tu buen sentido común para que seas realista, y siéndolo, no peques. Tu Dios te espera en el confesonario; si es que has consentido esta atracción sexual, debes limpiarte para ser otra vez individual, porque la atracción sexual une, por el pensamiento, al deseo del otro-a, y debes ser libre; ¡acude a confesarte y vive en paz!; ¡ámate y te amarán totalmente, no sólo para fornicar!

No al adulterio, ¡no a la fornicación!; ¡sí al matrimonio fiel y bueno, con amor pleno, total!

P. Jesús

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