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10 de febrero de 2016

Miércoles 10 de Febrero de 2.016

Evangelio:

San Mateo 6, 1.3-4.6.16-18

Modo de proceder

Mat 6:1 Dijo Jesús a sus discípulos: «Estad atentos a no hacer vuestra justicia delante del hombre para que os vean; de otra manera no tendréis recompensa ante vuestro Padre, que está en los cielos.
Mat 6:3 Cuando des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace la derecha,
Mat 6:4 para que tu limosna sea oculta, y el Padre, que ve en lo oculto, te premiará.
Mat 6:6 Tú, cuando ores, entra en tu cámara y, cerrada la puerta, ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo dará.
Mat 6:16 Cuando ayunéis, no aparezcáis tristes, como los hipócritas, que demudan su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que recibieron su recompensa.
Mat 6:17 Tú, cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara,
Mat 6:18 para que no vean los hombres que ayunas, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo concederá».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Modo de proceder

Dijo Dios: «Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres con el fin de que os vean; de otro modo no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos”.

Se, hijo de Dios, que necesitas afecto, que necesitas que los demás te valoren. Eso es natural en la persona. Entonces haz las cosas bien, todas las cosas hazlas con paz y por Caridad, haciéndolas sólo pensando en Dios, en hacerlas por Él, en ofrecérselas a Él. Y Dios te bendecirá, y en su bendición recibirás su aprobación, y si Dios aprueba tu obra, y Dios es Dios, ¿cómo no va a valorarte una persona?  Si no te valora, o es que miente, o es que te engaña, y ciertamente te valora pero le duele reconocerlo, o es que no sabe valorar lo que Dios sí que valora; entonces, quizás no le gustan las buenas obras, quizás no viva en línea con la voluntad de Dios, y entonces, es él, ella, esta persona, la que vive mal, está mal. No eres tú, es ella que no sabe valorar bien las cosas. Aprende pues hijo, hija, que no precisas que te valoren los que no saben, sino El que sabe y los que le conocen, tus hermanos en la fe. A los demás ¿qué puedes esperar de ellos? poco, porque los que no están en línea con la voluntad de Dios, esos no te comprenden ni te van a comprender jamás; ni ellos mismos se comprenden, porque no conocen el verdadero Amor: Jesús el Salvador, el Redentor, el que vivió, sufrió, lo mataron y resucitó; como tú vas a resucitar, si obras para agradar a Dios, el que da la puntuación. ¡Sólo El puntúa! Los demás, bla, bla, bla… sólo saben hablar; y las palabras se las lleva el viento… ¡Mira! Por ahí van volando las que te acusan de no ser normal, de estar loco, de no pensar en ti sino en Dios

Los que no creen en la resurrección, ¿para qué van a querer sufrir? Esos van a morir, si tú no les das pan, el pan de tu buen ejemplo.

Que digan lo que quieran, pero lo cierto es que te necesitan para seguir viviendo. Sé bueno con ellos; practica la Caridad, ¡aunque no se lo merezcan! Realmente ¿quién se merece la Caridad? Nadie, pero hay que hacerla por amor al que nos Ama, Dios. ¡Házla! Y ten una vida plena, la vida de la Gracia. Dios te la da al rezar, al obrar, al amar.

¡Ama y haz lo que quieras!

P. Jesús

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