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10 de enero de 2014

Viernes 10 de Enero de 2.014 / 2º de Navidad

Evangelio:

San Lucas 4, 14-22

El impulso del Espíritu te pone en acción

Luk 4:14  Jesús, impulsado por el Espíritu, se volvió a Galilea. Su fama corrió por toda la región;»
Luk 4:15  enseñaba en las sinagogas, siendo celebrado por todos.
Luk 4:16  Vino a Nazaret, donde se había criado, y, según costumbre, entró el día de sábado en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Luk 4:17  Le entregaron un libro del profeta Isaías, y, desenrollándolo, dio con el pasaje donde está escrito:
Luk 4:18  “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ungió para evangelizar a los pobres; me envió a predicar a los cautivos la libertad, a los ciegos la recuperación de la vista; para poner en libertad a los oprimidos,»
Luk 4:19  para anunciar un año de gracias del Señor.”
Luk 4:20  Y enrollando el libro, se le devolvió al servidor y se sentó. Los ojos de cuantos había en la sinagoga estaban fijos en El.
Luk 4:21  Comenzó a decirles: Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír.
Luk 4:22  Todos le aprobaban, maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

El impulso del Espíritu te pone en acción

Esa fuerza que posees, porque la sientes, porque alguna vez la has sentido, es la fuerza del Espíritu; y siguiéndola, algunos te llaman loco, otros, necio, otros, que eres un aburrido, pero a ti te da igual, porque tienes la certeza de que haces lo que tienes que hacer. Esa certeza, ¿quién te la da?, ¿de dónde la has adquirido?… Tú, tú sabes, tienes la certeza que lo que tienes que hacer, lo debes hacer; algunos dicen que siguen a su corazón, otros, que siguen a su instinto, y muchos que “son como son”. Yo, yo te digo que es Dios Espíritu Santo quien te manda, porque desde siempre existió y mandó con su voz, que las cosas se hicieran y se hicieron solas, es decir, una fuerza las impulsó a crearse, a hacer eso que tienen que hacer; el sol, ser masa que se quema y así alumbra y da color y calor; el aire, ser alimento de vida; el tiempo, pasar y dejar constancia de lo que ocurre, y así en todo, porque Dios lo mandó, como tú sentiste y sientes a veces, que el impulso del Espíritu Santo le manda y te pone en acción, y haces lo que tienes que hacer, ¡porque sí!, como lo hace un pájaro, o una rana, o una persona que te ama y que no puede evitarlo, y te ayuda, aunque ayudándote se perjudique a sí mismo-a, pero este amor que siente por ti, le empuja, con una fuerza tal, que no necesita pensar, sabe lo que tiene que hacer, porque todos lo saben; el bebé sale del vientre de su madre, sabiéndolo, y llega el día, que oye este llamado y lo sigue, y vive independiente de los demás, y hace lo que quiere, porque quiere, porque siente la fuerza del impulso vital, que lo pone en movimiento, y por sí mismo, sin consultar con los demás, sigue su impulso y obra por este impulso, que a veces, le trae malas consecuencias, porque ayudar a alguien enfermo le puede contaminar, pero los misioneros esto hacen, siguen su impulso, el mandato de Dios Espíritu Santo, que ya mandó desde siempre y todo lo bueno se hizo, aunque por el mal, por la desobediencia de hacer sólo el bien, entró el mal en el mundo, y hay mal por bien y por mal, ¡tantas veces!, incluso el exceso de sol daña a la misma naturaleza; pero en un principio, todo era bueno.

Necesitas ir a llenarte del consuelo divino, por la oración, y entonces comprenderás que Dios existió siempre.

Ora más y vivirás mejor. Es un consejo de un buen amigo tuyo, yo.

P. Jesús

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