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10 de diciembre de 2020

Jueves 10 de Diciembre de 2.020

Tiempo de Adviento/2º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 11, 11-15

“El que tenga oídos, que oiga”

(Dijo Jesús a la muchedumbre): 11En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no ha aparecido uno más grande que Juan el Bautista. Pero el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. 12Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos está en tensión, y los esforzados lo arrebatan. 13Porque todos los profetas y la Ley han profetizado hasta Juan. 14Y si queréis oírlo, él es Elías, que ha de venir. 15El que tenga oídos, que oiga.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

“El que tenga oídos, que oiga”

Algunos de vosotros no sabéis mucho sobre los Profetas, sobre Elías… Y eso hay que remediarlo, tenéis que leer y meditar la Sagrada Biblia. A ver si os esforzáis más en saber la Verdad, así viviríais mejor en este mundo donde tantos charlatanes van de dios y os hacen dudar de la fe, y luego te sientes mal por escuchar al que no sabe, y pasan algunos de una religión a otra, de un grupo protestante a otro. ¡Qué pérdida de tiempo, de energías y felicidad!, porque la felicidad está en los bienaventurados, en los discípulos de Cristo, el que fundó el catolicismo.

Bueno, vamos a reforzar esta fe, que a veces se tambalea justo en medio de una prueba y ¡zas!, caes en las redes del maligno y pierdes la Gracia de Dios, y luego ese orgullo, ese orgullo… ¿qué piensas hacer con él?…

Sí, ya sé lo que me haces, ya sé. Soy sacerdote y por eso lo sé, he oído a tantos quejarse de lo que hace este y el otro, y el de más allá, y que si sus padres, e hijos, o hermanos o amigos, o ese cura malo del que habla tanto la prensa…

Sí, sí; todo esto es cierto, es verdad: ni uno sólo es santo, ni uno sólo es perfecto, pero ¡tú tampoco!

Vaya, ahora te ríes. Pareces contento… Sí, lo sé. Estás contento de tu fe, de saber que, aun siendo pecador, por la sangre de Cristo puedes ser santo hoy mismo.

¡Claro que sí!

Anda. Ahora no me llores recordando tus pecados y faltas, y… tantos errores. Bueno, ven, vayamos al confesonario, ¡claro que sí!, allí podrás consolarte con el sacramento de la penitencia. Podrás recibir a Dios Espíritu Santo.

Antes, en tiempos de Juan el Bautista, él sólo bautizaba con agua, pero hoy, ahora, después de la muerte de Dios en la Cruz, viene el mismo Dios Espíritu Santo y te consuela, porque no hay más amor que el de Dios. ¡Tómalo! Déjate amar por el Amor.

P. Jesús

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