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1 de julio de 2017

Sábado 1 de Julio de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 8, 5-17

Cuando sufres

Mat 8:5 Entrado Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión, suplicándole
Mat 8:6 y diciéndole: «Señor, mi siervo yace en casa paralítico, gravemente atormentado».
Mat 8:7 Jesús le dijo: «Yo iré y le curaré».
Mat 8:8 Y respondiendo el centurión, dijo: «Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo: di sólo una palabra, y mi siervo será curado.
Mat 8:9 Porque yo soy un subordinado, pero bajo mí tengo soldados y digo a éste: «Ve», y va; y al otro: «Ven», y viene; y a mi esclavo: «Haz esto», y lo hace».
Mat 8:10 Oyéndole Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo que en nadie de Israel he hallado tanta fe. Os digo, pues, que del Oriente y del Occidente vendrán y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos,
Mat 8:11 mientras que los hijos del Reino serán arrojados a las tinieblas exteriores, donde habrá llanto y crujir de dientes».
Mat 8:12 Y dijo Jesús al centurión: «Ve, hágase contigo según has creído». Y en aquella hora quedó curado el siervo.
Mat 8:13 (TEXTO OMITIDO)
Mat 8:14 Entrando Jesús en casa de Pedro, vio a la suegra de éste que yacía en el lecho con fiebre.
Mat 8:15 Le tocó la mano, y la fiebre la dejó, y ella, levantándose, se puso a servirles.
Mat 8:16 Ya atardecido, le presentaron muchos endemoniados, y arrojaba con una palabra los espíritus, y a todos los que se sentían mal los curaba.
Mat 8:17 Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, que dice: “Él tomó nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias”.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Cuando sufres

Cuando sufres, Dios, Jesús, se pone en camino, y viene a ti con su Madre bendita, a consolarte, a aliviarte del dolor, de la desgracia de que los que amas, no te aman.

¿Cómo amar a un familiar que no te ama? ¿Cómo seguir queriendo a un pariente que te odia?

Respuesta para todos, alta y clara, y de fe: con Dios, todo se puede.

¡Ves!

Pónlo en práctica, yendo al encuentro de Cristo; y le hablas de los que no te aman y te hacen sufrir tanto, y oirás que te dice Jesús, Dios: «Yo iré a curarle.»

Ten fe. Dios quiere, tú quieres, y la vida hará que esta persona enferma de maldad, quiera curarse y vivir en la gracia de Dios.

No hay mejor cirujano que la vida misma. Opera y pone al enfermo en condiciones de tal amargura, que sólo le queda pedir a Dios ayuda.

Y Dios ayuda siempre a todos.

Espera y vive en la alegría de la fe.

P. Jesús

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