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1 de febrero de 2019

Viernes 1 de Febrero de 2.019

Tiempo Ordinario /3º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Marcos 4, 26-34

El sacerdote es semilla buena

26Decía (Jesús a la muchedumbre): El reino de Dios es como un hombre que arroja la semilla en la tierra, 27y ya duerma, ya vele, de noche y de día, la semilla germina y crece, sin que él sepa cómo. 28De sí misma da fruto la tierra, primero la hierba, luego la espiga, en seguida el trigo que llena la espiga; 29y cuando el fruto está maduro, se mete la hoz, porque la mies está en sazón.

30Decía: ¿A qué asemejaremos el reino de Dios o de dónde tomaremos la parábola? 31Es semejante al grano de mostaza, que, cuando se siembra en la tierra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra; 32pero, sembrado, crece y se hace más grande que todas las hortalizas, y echa ramas tan grandes, que a su sombra pueden abrigarse las aves del cielo.33Y con muchas parábolas como éstas les proponía la palabra, según podían entender, 34y no les hablaba sin parábolas; pero a sus discípulos se las explicaba todas aparte.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

El sacerdote es semilla buena

Tener un buen sacerdote en la familia, es un goce, es la dicha de los parientes, que saben que por él, por su vocación sacerdotal, Dios les da más oportunidades que a otros de salvarse, porque el buen ejemplo de un santo sacerdote de confianza, arrastra a muchos a la santidad, abandonando la mala vida, por sus oraciones al pecador que conoce, que ama, por ser de la familia.

Alegraos vosotros que tenéis un hijo, un hermano, un familiar que es sacerdote, porque seguro que él reza por ti, y tiene la influencia de ser un elegido para dar a Dios al mundo, para perdonar los pecados de todos los que quieran ser consolados, para llevar la unción de los enfermos a los que sufren y consolar a los hambrientos, con su oración pidiendo a Dios Padre, que el pan nunca falte al que quiere ser bueno, y amarlo para siempre.

La intercesión de un buen sacerdote tiene que ser tu alegría, la alegría de saberte cerca de quien está tan cerca de Cristo Rey, Señor del mundo fiel.

Agradece a Dios por tu familiar sacerdote, y rezando por él, lo ayudarás a pescar.

P. Jesús

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