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1 de enero de 2015

Jueves 1 de Enero de 2.015

Evangelio:

San Lucas 2, 16-21

Guarda y medita en tu corazón

Luk 2:16 Los pastores fueron con presteza a Belén y encontraron a María, a José y al Niño acostado en un pesebre,
Luk 2:17 y viéndole, contaron lo que se les había dicho acerca del Niño.
Luk 2:18 Y cuantos les oían se maravillaban de lo que decían los pastores.
Luk 2:19 María guardaba todo esto y lo meditaba en su corazón.
Luk 2:20 Los pastores se volvieron alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían oído y visto, según se les había dicho.
Luk 2:21 Cuando se hubieron cumplido los ocho días para circuncidar al Niño, le dieron por nombre Jesús, impuesto por el ángel antes de ser concebido en el seno.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Guarda y medita en tu corazón

No tienes por qué decirlo todo en voz alta, haz como la Virgen María; escucha los comentarios de los demás y guárdalos y medítalos en tu corazón.

Es necesario que sepas estar contigo mismo, tener una intimidad; no tienes por qué dar a conocer todo lo que te dicen y lo que piensas sobre ello.

Es bueno que tengas confianza en ti mismo, y tengas un lugar en tu corazón, exclusivo para ti, y para meditar las cosas de la vida.

Dios, a cada uno, le ha dado el don de discernir; si no nadie podría hacer examen de conciencia, y nadie sería culpable de su pecado.

Todo lo puedes, tú y sólo tú, meditarlo en tu corazón y disfrutar de hacerlo, de saber que dentro de ti, en tu mente y corazón, hay un espacio exclusivo para que tú, tú, decidas cosas importantes, como es el qué pensar, el qué buscar en la vida, el qué decidir.

Tantas veces se habla tanto, y se dan a conocer los pensamientos, y entonces, ¿qué te queda? ¿Y te preguntas por qué tienes enemigos?; los enemigos son estos que saben de ti, y lo que saben, lo utilizan para ir contra ti. No dejes que nadie te haga daño por no tener una intimidad exclusiva en ti, donde decides el bien del mal, lo que hay que hablar o callar.

Lo importante eres tú; para ti, lo importante eres tú, no lo que hagan o digan los demás, sino lo que hagas o digas tú, porque por lo que tú eres, te ganas o te pierdes el Cielo.

Amigo-a, ten esta intimidad, aprende a disfrutar de tu intimidad.

P. Jesús

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