Saltar al contenido

8 de mayo de 2018

Martes 8 de Mayo de 2.018

Tiempo Pascual /6º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Juan 16, 5-11

La promesa del Espíritu Santo

(Dijo Jesús a sus discípulos): 5Mas ahora voy al que me ha enviado, y nadie de vosotros me pregunta: ¿Adónde vas? 6Antes, porque os hablé estas cosas, vuestro corazón se llenó de tristeza.

7Pero os digo la verdad: os conviene que yo me vaya. Porque, si no me fuere, el Abogado no vendrá a vosotros; pero, si me fuere, os lo enviaré. 8Y al venir éste, amonestará al mundo sobre el pecado, la justicia y el juicio. 9De pecado, porque no creen en mí; 10de justicia, porque voy al Padre y no me veréis más; 11de juicio, porque el príncipe de este mundo está ya juzgado.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

La promesa del Espíritu Santo

Vamos a ver… meditemos bien el evangelio de hoy. ¿Por qué necesitamos a Dios Espíritu Santo, si comulgando ya tenemos a Jesús, el mismo Dios Hijo?…

¿Quién lo sabe? ¿Tú?… Sí, sé que lo sabes, pero hay quien aun no lo sabe, y voy a decírselo; vamos a decírselo…

Desgraciadamente pocos son santos, y desgraciadamente es fácil pecar… Viene Satanás, nos tienta, y… sí, y pasa lo que pasa; y Dios se va; ya no está con nosotros. Tan sólo por tener un mal pensamiento, tan sólo por juzgar y sentenciar con odio, tan sólo con no perdonar… ya Dios Hijo, Jesucristo, que fue recibido en la Comunión, ¡se va!… Y… y hay la soledad…

Sin Dios… Sin Jesús de Nazaret, hombre y Dios verdadero, ¡estás sólo!, ¡estás sola!

Y Dios sabía esto, porque es Dios y es hombre en Jesús, y sabía lo difícil que es mantenerse puro, bueno, estable, ecuánime, digno de ser hijo de Dios Padre. Por eso, sabiendo esto, y sabiendo que a veces uno tendría que confesarse quinientas veces al día… fue en busca, tras su muerte y muerte en Cruz, de Dios Espíritu Santo, para que cuando peques, sigas guiado por Dios a la reconciliación con Cristo; porque tú solo, no regresarías a Él, te olvidarías de Jesús; y Dios Padre no quiere perderte, ¡te ama! ¿Lo oyes bien? ¡¡Te ama Dios!! Por eso Jesús fue a buscar al Paráclito, a Dios Espíritu Santo, para que pudieras volver a rezar e irte a confesar y recibir de nuevo a Dios Hijo, Jesucristo, en Cuerpo y Alma, y dejaras tu soledad.

Dios Espíritu Santo te lleva a Dios Hijo, y si vas a Dios Hijo, es porque Dios Padre te llama. ¿No oyes sus gritos de amor? ¿No oyes cómo te busca Dios Espíritu Santo? Eso que sentiste, esas ganas de ser amado, de ser valorado, de ser respetado y querido como eres… esa necesidad tuya de agarrar una mano amiga, es que Dios Espíritu Santo ha venido a buscarte, ¡te está llamando! ¡Ábrele tu corazón! Ve a confesarte y recibe a Dios Hijo, que te está esperando, y ha enviado a Dios Espíritu Santo para enseñarte el Camino, Jesús, la Cruz.

¡Ahora ya lo sabes, si no lo sabías antes! ¡Ahora pídele ayuda a Dios Espíritu Santo y gózate de sentirte amado, perseguido por Dios Uno y Trino.

P. Jesús

© copyright