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8 de enero de 2018

Lunes 8 de Enero de 2.018

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Marcos 1, 14-20

Vocación de los primeros discípulos

14Después que Juan fue preso, vino Jesús a Galilea predicando el Evangelio de Dios15y diciendo: Cumplido es el tiempo, y el reino de Dios está cercano; arrepentíos y creed en el Evangelio.

16Caminando a lo largo del mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, hermano de Simón, que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. 17Y Jesús les dijo: Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres. 18Al instante, dejando las redes, le siguieron. 19Y continuando un poco más allá, vio a Santiago el de Zebedeo y a Juan, su hermano, que estaban también remendando sus redes en la barca, 20y los llamó. Ellos luego, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron en pos de Él.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Vocación de los primeros discípulos

Venís, algunos, criticándome por los Consejos que, desde hace algún tiempo, os vengo dando, como recriminaciones, en la sección diaria de Consejos del P. Jesús; decís algunos, cosas en mi contra, porque pensáis que un sacerdote no puede ayudaros en asuntos de sexualidad; creen algunos, erróneamente, que el sexo no tiene nada que ver con ganarse el Cielo, que es un punto y aparte en la globalidad de la persona; que en estos actos, uno puede ser una bestia, es decir, darse al instinto. Por eso llevan años y años, algunos, diciendo, que los casados, son de otra “clase” de personas, y ¡mienten! Los casados también quieren y pueden ser santos.

Algunos os ven débiles por no hacer voto de castidad, pero a la mínima que hablan de sus propios padres, todos quieren verlos santos, tenerlos como santos. Hay mucha soberbia y poca verdad, en los que hacen votos, que pocos cumplen; y, si no cumplen algunos, ¿por qué les molesta que yo, sacerdote, quiera enseñar a los que no hacen voto de castidad, a ser santos?

La santidad está para todos. Todos sois llamados a ser santos; todos podéis ser santos y debéis serlo; y hay que hablar claro del sexo, y aunque yo tengo voto de castidad, soy sacerdote, no sólo para los que hacen voto de castidad y virginidad, sino para todos, y me he empeñado en ayudar a Dios Padre, a que me utilice para la santidad de todos, ¡la tuya también! Amén.

Mi vocación es ser lo que soy, sacerdote.

P. Jesús

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