Domingo 7 de Agosto de 2.016
Evangelio:
San Lucas 12, 32-48 Necesidad de la vigilancia Luk 12:32 Dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, rebañito mío, porque vuestro Padre se ha complacido en daros el Reino. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Necesidad de la vigilancia Es lo que os decía ayer con otras palabras, pero esa necesidad de vigilancia, de examen de conciencia, es imprescindible que se haga, porque cuando falta fe, cuando no se cree en Dios, cuando no deja uno que Dios lo Ame, cuando no se va en esta vida al encuentro del Amor de Dios, es cuando no somos lo que somos, y en vez de ser personas normales, seres humanos lógicos; algunos pierden la cordura de su identidad, y buscando su identidad, entran en crisis de la misma, y siguen culturas, filosofías, religiones falsas, ideologías mundanas; y cada vez entran en más y más sufrimientos, en más y más crisis y miedos; y los fantasmas los siguen por todas partes, y la paz es suplida por la ignorancia, y a algunos les llegan las ganas suicidas de acabar con todo, porque no tienen nada; y no tienen nada porque todo lo han usado, y él mismo ha sido usado, y jamás ha sido amado, o se alejó del Amor, de los sacramentos, de la pureza de vivir en Gracia de Dios; y lógicamente, no sólo la tierra sufre y deja salir su sufrimiento con la imperfección de no seguir las leyes naturales, y desbordarse en descontroles, y padeciendo todos los hombres las desgracias naturales; porque el pecado del hombre, está en el mundo y llena la tierra de entierros, de muertos por asesinato. ¡La madre tierra sufre! ¿Quién la cuida? Tú, con lo que también eres, cuerpo, eres parte de la tierra; Dios te creó, creó al hombre cogiendo barro y moldeándolo, (no entraré ahora en más secretos humanos, lo haré otro día); el hombre es parte de la tierra, por su cuerpo, y si no valora el cuerpo, si lo ensucia con sexo y libertinajes, es como si la misma tierra fuera corrompida, y por lo cual, siendo así, la tierra, en sus horribles desequilibrios, nos muestra y nos demuestra que el hombre está mal, no hace el bien; y por la unión de esencias físicas: “el polvo vuelve al polvo”, vemos y padecemos tantas desgracias. ¡Falta virtud! Faltan virtudes en el hombre, y que ese mismo hombre cuide de la naturaleza, que gime y llora de dolor y espanto, al ver cómo vive el hombre, cómo el hombre se está destrozando a sí mismo, yendo contra sí mismo y la propia naturaleza. El pecado del hombre está por todas partes. P. Jesús © copyright |