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6 de marzo de 2015

Viernes 6 de Marzo de 2.015

Evangelio:

San Mateo 21, 33-40.43

Tu vida es prestada

Mat 21:33 Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Oíd otra parábola: Un padre de familia plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar, edificó una torre y la arrendó a unos viñadores, partiéndose luego a tierras extrañas.
Mat 21:34 Cuando se acercaba el tiempo de los frutos, envió a sus criados a los viñadores para percibir su parte.
Mat 21:35 Pero los viñadores, cogiendo a los siervos, a uno le atormentaron, a otro lo mataron, a otro le apedrearon.
Mat 21:36 De nuevo les envió otros siervos en mayor número que los primeros, e hicieron con ellos lo mismo.
Mat 21:37 Finalmente, les envió a su hijo, diciendo: Respetarán a mi hijo.
Mat 21:38 Pero los viñadores, cuando vieron al hijo, se dijeron: Es el heredero; ea, a matarle, y tendremos su herencia,»
Mat 21:39 Y, tomándole, le sacaron fuera de la viña y le mataron.
Mat 21:40 Cuando venga, pues, el amo de la viña, ¿qué hará con estos viñadores?
Mat 21:43 Por eso os digo que os será quitado el reino de Dios y será entregado a un pueblo que rinda sus frutos.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Tu vida es prestada

Y te será quitada, un día u otro, esta vida que es prestada, porque Dios no hizo al hombre para que viviera eternamente en el mundo, en el planeta Tierra, sino que es un lugar de paso temporal; y muchos le cogen tanto afecto, tanto o más que a su propia vida; se procuran lo mejor para la vida terrena, y les espera lo peor en la verdadera y perdurable vida, la eterna.

Hay que prosperar en la vida, sí, hay que trabajar, mantenerse y prosperar, pero unidos a los deseos de Dios, que son la bondad, el amor, el cumplimiento fiel de los diez mandamientos, ¡su alianza contigo!, con todos y cada uno de los hombres que quieren corresponder a su amor, disfrutarlo y compartirlo con sus semejantes. Hoy, que Jesús, Dios, pasó ya por el mundo, tú, ¡tú y todos!, todos los que quieran, pueden unirse a Dios, bautizándose y recibiendo los sacramentos y viviendo los mandamientos y la oración. Y éste no puede querer hacer nada malo, sino en todo lo que haga, que sus intenciones sean buenas, siempre viva unido a lo bueno, al bien, ¡a lo correcto!, al cumplimiento fiel de los diez mandamientos. El deseo, la voluntad tuya, siempre tiene que ser el de no pecar, el de hacer el bien y lo bueno, lo correcto, porque los justos poseerán el Cielo.

No golpees a los que vienen de parte de Dios, y no mates a su hijo, con tu pecado.

Hijo mío, pequeño mío, no peques más, aparta de ti el pecado, busca la consolación de la confesión, y vístete de la alegría de la comunión. La vida puede ser otra para ti, si crees en Jesús, en que Jesús, el Hijo, el único Hijo de la Virgen María y el único Hijo de Dios, es Jesús, el Bebé que nació en Belén y que crucificaron en Jerusalén.

Quiero que te salves. ¿Me oyes?, ¿me lees?; quiero que te salves, quiero que en esta vida tengas alegrías, más alegrías que penas. ¿Qué importan las penas que sufres por los demás, si tú eres causa de tu alegría al renunciar al pecado y esforzarte en no pecar?

Amado de Dios, es tan fácil, tan fácil vivir en Paz, en la Paz de Dios; haz de tu vida prestada, un gran negocio, que te dé la vida que Dios siempre ha querido y quiere para ti, ¡la vida eterna en el Reino de Dios!

Vive en la tierra con Dios, por vivir en Gracia suya, y vivirás en el Cielo ¡con Él!, con Dios, ETERNAMENTE.

Ten fe y sonríe.

P. Jesús

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