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4 de octubre de 2017

Miércoles 4 de Octubre de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 9, 57-62

Te seguiré adonde vayas

Luk 9:57 Siguiendo el camino Jesús y sus discípulos, vino uno que le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas».
Luk 9:58 Jesús le respondió: «Las raposas tienen cuevas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza».
Luk 9:59 A otro le dijo: «Sígueme», y respondió: «Señor, déjame ir primero a sepultar a mi padre».
Luk 9:60 Él le contestó: «Deja a los muertos sepultar a sus muertos, y tú vete y anuncia el Reino de Dios».
Luk 9:61 Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero déjame antes ir a despedirme de los de mi casa».
Luk 9:62 Jesús le dijo: «Nadie que, después de haber puesto la mano sobre el arado, mire atrás, es apto para el Reino de Dios».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Te seguiré adonde vayas

Bien, muy bien, has decidido lo correcto, lo sabio, lo mejor para ti. Y le has dicho a Jesús, desde lo más profundo de tu corazón: Jesús, mi Señor, mi Dios, te seguiré adonde vayas.

¡Prepárate!

Prepárate para la lucha, porque muchos querrán que desistas de tus santas intenciones, porque ellos aún no lo han decidido, aún están asustados, esperando que la vida misma, les dé lo que sólo viene de Dios, si es legal y te llega al corazón; las quimeras, la sonrisa fácil, hasta los payasos las dicen y la enseñan, pero ser todo un hombre de bien, necesita del esfuerzo, del apoyo de la Ley de Dios.

¡Apóyate en la Ley!, en la Ley de Dios, y verás rodar muchas cabezas, pero jamás la tuya; tú seguirás siempre cuerdo, siempre en el camino del sufrimiento aceptado y ofrecido a Dios Padre, unido al sufrimiento de Dios Hijo, Jesucristo.

Serás muy feliz luchando, porque por la lucha, tendrás éxitos, y son los éxitos, los que dan la felicidad al hombre, a la persona.

¡Sé feliz en tu bondad, con tu caridad, con tu sonrisa de aceptación, a todo lo que Dios permita!; y confía, ¡confía!, porque Dios tiene la última palabra; entonces, apóyate en ella, en la Palabra de Dios, que te dice que Jesús decía: “¿Qué quieres?” ¡Pide!

P. Jesús

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