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4 de noviembre de 2017

Sábado 4 de Noviembre de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 14, 1.7-11

Dios te propone la humildad

Luk 14:1 Habiendo entrado Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer en día de sábado, le estaban observando.
Luk 14:7 Decía a los invitados una parábola, observando cómo escogían para sí los primeros puestos:
Luk 14:8 «Cuando seas invitado a una boda, no te sientes en el primer puesto, no sea que venga otro más honrado que tú, invitado por el mismo,
Luk 14:9 y, llegando el que al uno y al otro os invitó, te diga: “Cede a éste tu puesto”, y entonces, con vergüenza, vayas a ocupar el último lugar.
Luk 14:10 Cuando seas invitado, ve y siéntate en el postrer lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces tendrás gran honor en presencia de todos los comensales,
Luk 14:11 porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Dios te propone la humildad

La vida religiosa necesita de humildad; si no eres humilde, mejor que te “dediques a otra cosa”, porque para vivir en comunidad, te es necesaria tu humildad.

Dios te propone la humildad: “no vayas a sentarte en el primer puesto,” dijo Jesús, en la parábola de la boda. Y es una boda, la unión del alma del creado con el Creador, ¡Dios!; y esto ocurre en las religiosas, ¡que hay boda!, ellas son las esposas de Jesucristo, el hijo del Dios vivo; son esas vírgenes con aceite en las lámparas, son las marías magdalenas que Dios perdona y consuela y protege de las piedras. Son estas hijas de María, que como Ella, le dicen a Dios, “fiat”, y es lo que Dios quiere para ellas, porque las ha nombrado, ha dicho su nombre, besando su corazón y poniendo en él, en este corazón, las ganas de servirle, de amarle, ¡sólo a Él!, sobre todas las cosas.

¡Séle fiel!

Sé humilde.

Dios te llama para una vida santa, en donde tú seas nada, para que Él lo sea todo, TU TODO.

Acepta el ofrecimiento del Amado, que quiere tu virginidad eterna, para que, como ángel, vivas en la tierra, glorificando a Dios Padre, abrazada a la herencia de tu Santo Esposo, LA CRUZ.

Anímate a ser, toda tú, de Jesús.

P. Jesús

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