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4 de junio de 2018

Lunes 4 de Junio de 2.018

Tiempo Ordinario /9º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Marcos 12, 1-12

Mataron al Hijo

1Comenzó (Jesús) a hablarles en parábolas (a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos): Un hombre plantó una viña y la cercó de muro, y cavó un lagar, y edificó una torre, y la arrendó a unos viñadores, y se partió lejos. 2A su tiempo, envió a los viñadores un siervo para percibir de ellos la parte de los frutos de su viña,3y agarrándole le azotaron y le despidieron con las manos vacías. 4De nuevo les envió otro, y le hirieron en la cabeza y le ultrajaron. 5Envió otro, y a éste le dieron muerte; igualmente a muchos otros, de los cuales a unos los azotaron y a otros los mataron.

6Le quedaba todavía uno, su hijo amado, y se lo envió también el último, diciéndose: A mi hijo le respetarán. 7Pero aquellos viñadores se dijeron para sí: Este es el heredero. ¡Ea! Matémosle y será nuestra la heredad. 8Y asiéndole, le mataron y le arrojaron fuera de la viña. 9¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y hará perecer a los viñadores y dará la viña a otros. 10¿Y no habéis leído esta escritura: <<La piedra que desecharon los edificadores, ésa vino a ser cabeza de esquina;11del Señor viene esto y es admirable a nuestros ojos>>?

12Buscaban apoderarse de Él, pero temían a la muchedumbre, pues conocieron que de ellos había sido dicha la parábola, y, dejándole, se fueron.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Mataron al Hijo

Después de resucitar Jesús, se habla ya claro, porque Dios Espíritu Santo está en el mundo para ayudar a la fe.

No tengas miedo de la verdad. Dios te ama, Dios te salva, Dios quiere todo de ti, porque como el enamorado perfecto, sintiendo amor verdadero, quiere que seas feliz, y la felicidad en esta vida no es otra que disfrutar de la fe.

Os hablaré del goce de la fe, de ese sentirse libre y bueno, de esta energía espiritual que trae consigo la gracia santificante, que es la unión con Jesús, con Dios, que te ama tanto, que vive en ti y contigo exclusivamente, porque se desdobla y es único y exclusivo para ti, como lo es para cada quien lo necesite.

Sé que necesitas de Jesús, de Dios, pero parece ser que algunos se han empeñado en apartarlo de tu vida, quieren que te sientas solo y que aceptes doctrinas o filosofías, o modos malos de vivir la vida, contrarios a la felicidad.

¿Eres feliz hijo mío, hija mía? Di.

¿Eres feliz dudando de la Palabra de Dios, que guarda fielmente la Iglesia Santa, la Católica, Apostólica y Romana?…

Sé que no eres feliz, sé que las dudas avasallan tu mente y quieren matar el recuerdo de tu amor, quieren que muera tu fe. Son malos tiempos para la Iglesia Verdadera, porque igual que tú, muchos dudan del Amor con que Dios los ama, y cuando se duda del amor, ¡éste muere! ¡Estás matando el amor con que amabas a Dios!

Tienes motivos por los que dudar de la santidad de algunos católicos que jamás han sido declarados santos por la Santa Madre Iglesia Católica, pero que como tú mismo-a, tendrían que ser santos; ¡ojalá no hubieran dado este mal ejemplo con sus pecados y faltas!, pero quizás pocos rezaron por ellos, y a la tentación de Satanás, sucumbieron. Normalmente suele suceder por alguna mujer, por algún hombre, por la pasión del amor romántico… Todos desean ser amados, y el Demonio usa mucho del disfraz del amor humano, porque lo sabe, sabe que el amor y el orgullo de ser querido-a, debilitan la inteligencia por la práctica de la concupiscencia y, si uno cae en las prácticas de lujuria, el cuerpo y la mente se debilitan, y no puede pensar con toda la potencia de la salud, en la verdadera esencia humana, que está en la vida de la Gracia.

¡Cuántas cosas aprendéis!

Es bueno que sepáis, porque algunos no estáis bien, porque el pecado corrompe el corazón, y con el corazón enfermo ¿quién puede sentirse sano?, ¿tú? No.

Si no estás sano, ve a sanarte en la Confesión y recupera tu ánimo en la Comunión, porque el Amor de Dios, de Jesús, sana, por eso lo mataron, porque sanaba a muchos, y muchos recibían de Él la verdadera esperanza del Mesías: amarse unos a otros por amor a Dios.

Y, aún hoy, sigue igual la máxima, el precepto divino, la Ley Suprema de Dios, Uno y Trino, que dice y pide lo mismo: “Amar a Dios sobre todas las cosas y personas, sobre uno mismo, y amar a los demás como a uno mismo”; aquí está resumida la Ley Divina que Dios cumplió, y por eso lo mataron, como ahora te estás muriendo tú, por el dolor de ver a los que amas, sin fe, y queriendo manipular tu mente, sacando la Verdad de que Dios es Bueno y quiere el Bien.

¡Nada malo viene de Dios!

Únete al bien y apártate del mal y del malo, porque Dios pagó por tu vida, una sola vez.

P. Jesús

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